Los municipios canarios buscarán "todo resquicio legal" por el que puedan parar la aplicación de la modificación de la ley del sector eléctrico. Así lo anunció ayer el presidente de la Comisión de Industria de la Federación Canaria de Municipios (Fecam), Rafael Perdomo, quien mostró su decepción por el acuerdo alcanzado el lunes en el Parlamento regional para cambiar esta norma.

Los servicios jurídicos de la Fecam ya estudian la modificación de la norma -aprobada gracias a los votos de Coalición Canaria (CC) y del Partido Popular (PP)- para impugnarla. "Tenemos que demostrar nuestra oposición a este cambio y buscaremos todo resquicio legal por el que podemos parar la ley". "Seguiremos trabajando en la Comisión de Industria para estudiar cómo podemos impedir que se lleve a cabo esa modificación, dentro de nuestras posibilidades", agregó.

En la práctica, el cambio de la ley supone la eliminación de la fecha de caducidad de las centrales de generación de Caletillas (Tenerife) y Jinámar (Gran Canaria), que deberían desaparecer en 2015, así como la posibilidad de que el Gobierno regional autorice todas las obras eléctricas -a las que puede declarar de interés general- sin necesidad de consultar a las corporaciones locales. Hasta ahora, ese rango sólo podía concederse a las que involucraran una potencia igual o superior a los 50 megavatios.

"Estamos totalmente en desacuerdo con que no se exija licencias para poder desarrollar cualquier actividad energética en los municipios porque eso viola la autonomía municipal, tal y como le hicimos saber a los grupos parlamentarios", lamentó Perdomo.

Diálogo de sordos

Tras reunirse con todos ellos y trasladarles sus propuestas, insistió Perdomo, "vamos a seguir peleando para ver qué podemos hacer".

Perdomo reiteró que la Fecam abrió "todas las posibilidades" al grupo de gobierno y al PP para llegar a un acuerdo, "por lo que hablamos con todos los grupos antes de que adoptaran una decisión definitiva, pero no tuvieron el más mínimo interés, excepto el grupo socialista, que fue el que se sentó con nosotros y de alguna forma entendió el problema", asegura Perdomo.

Con la vía del diálogo, añadió, "no hubo ninguna posibilidad de llegar a un acuerdo" por lo que la Fecam buscará "otra vía" para resolver la situación.

"Hemos planteado todo tipo de alternativas, pero no hemos tenido reuniones con el Ejecutivo autonómico", lamentó Perdomo, quien reiteró -tal y como apuntaron los socialistas en el pleno parlamentario- que la Fecam trató durante meses tener una reunión con el presidente regional, Paulino Rivero.

"Intentamos por todos los medios hablar con CC y el PP, así como el Gobierno, pero la Administración autonómica no ha tenido ningún interés", aseveró Perdomo.

Uno de los aspectos más conflictivos del cambio -y que también originó el rechazo de la bancada socialista en la anterior modificación de la norma en 2007- es que la ley "vulnera" la autonomía municipal, señaló Perdomo.

A las críticas que en este sentido vertieron los diputados del Partido Socialista Canario (PSC), los nacionalistas replicaron que el cambio de la ley no tendrá ese efecto, ya que esta vía -por la que el Gobierno puede autorizar las infraestructuras eléctricas sin controles previos- es de tipo "excepcional".

Pero Perdomo no lo cree así. Al final, augura, el procedimiento "excepcional" previsto en la ley será la norma.

"Será un salvoconducto para que el Gobierno canario haga lo que dé la gana en cualquier municipio sin contar para nada con el criterio y el parecer de los consistorios afectados". "Es una ley para hacer lo que al Ejecutivo le da la gana en todos los municipios, por lo que tenemos que defender la autonomía municipal", insistió Perdomo.

Eso sí, la Fecam deja claro que su aplicación no afectará los problemas ya planteados.

"No sabemos cómo afecta el cambio de la ley a los problemas en curso, pero lo que está claro es que la ley solo podrá aplicarse a partir de ahora, para los conflictos que surjan desde su entrada en vigor: los demás casos tendrán que seguir rigiéndose por la norma en vigor", acotó.