Las excavaciones para la búsqueda de los desaparecidos en la Guerra Civil en el cementerio lagunero de San Juan han dado como resultado el hallazgo de los restos de las víctimas sin identificar del accidente ocurrido el 27 de marzo de 1977 en el aeropuerto de Los Rodeos, cuando dos aviones boeing 747 chocaron y se cobraron la vida de 583 personas, en el mayor siniestro de la historia de la aviación.

Los expertos encargados de la excavación ya preveían este hallazgo que ha traído a la memoria, tras más de 33 años, la peor tragedia de la Isla. El que fue sepulturero y encargado de cavar la fosa para este fin ya lo había adelantado.

La fosa en la que se encuentran estos restos, caracterizada por estar compuesta por "celdas" separadas por un muro de adobe, fue hallada a casi un metro y medio de profundidad y tiene once metros de largo. Según explicó el doctor bioantropólogo Alejandro Gámez, en esta fosa "se depositaron, en bolsas plásticas, los restos de los cuerpos que no servían para identificar a ninguna víctima de ese trágico accidente".

El hallazgo se produjo el pasado jueves, aunque no fue hasta ayer cuando quedaron los restos al descubierto.

Respecto a las víctimas de la Guerra Civil, los expertos, una vez retiren esta primera fosa, continuarán excavando para averiguar si se encuentran allí. En caso contrario, y si continúan en el plazo establecido para la investigación, que finalizará el 15 de marzo, los especialistas comenzarán a excavar en otras zonas del cementerio señaladas por los familiares como otro posible lugar, como es el caso del antiguo cementerio civil de La Laguna, destinados a los fallecidos que no eran católicos.