Afrontar la incertidumbre que provoca el diagnóstico de un cáncer al paciente y a su familia es el objetivo del programa "Primer impacto", una iniciativa del Hospital Universitario de Canarias (HUC) para "arropar" con ayuda psicológica y emocional ante esa enfermedad "de fondo".

Este programa de asistencia psicosocial fue puesto en marcha en 2010 por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en dos hospitales de Madrid y A Coruña y actualmente se desarrolla en quince centros hospitalarios del país, de cuya experiencia se desprende que pacientes y familia perciben una mejora en la atención de su enfermedad.

El presidente de la Asociación Española contra el Cáncer en Santa Cruz de Tenerife, Juan Julio Fernández, explicó ayer durante la presentación del programa que se propuso su implantación en Canarias por la experiencia "distinta" que supone tratar a un gran volumen de población inmigrante, además de la residente.

La AECC, continuó Fernández, no puede "llegar" a todos los casos de cáncer que se diagnostican -unos 162.000 al año en España- y presta su asistencia a entre el 15 y el 20 por ciento de estos casos, por lo que implantar "Primer impacto" en los hospitales supone acercarse de manera inmediata a quien ha recibido ese diagnóstico.

Según los primeros resultados en el ámbito nacional, el 69 por ciento de los usuarios son pacientes y el 31 por ciento sus familiares. Además, el 76 por ciento son mujeres, frente al 24 por ciento de hombres.

La edad media del usuario es de 50 años y el 28 por ciento de las consultas se debe a un diagnóstico de cáncer de mama (28 por ciento), seguido de los de pulmón (16 por ciento), colon (9 por ciento), y de cérvix y próstata, cada uno de ellos con un 5 por ciento.

En cuanto al grado de sufrimiento generado por el diagnóstico, el 57 por ciento de los usuarios afirma sentir un malestar moderado, que es severo para el 25 por ciento y mínimo para el 18 por ciento.

El 40 por ciento de las personas que han recurrido al programa declaran que tienen necesidades "emocionales", el 24 por ciento afirma que no tiene ningún tipo de necesidad tras el diagnóstico, el 19 por ciento precisa de información médico-sanitaria y el 17 por ciento, de tipo social.

Entre el diagnóstico y la intervención de "primer impacto" suele transcurrir una media de 31 días y en el 64 por ciento de los casos los usuarios fueron derivados a otros servicios sanitarios, como atención psicológica en la AECC, en el hospital, a un médico especialista o a servicios externos de salud mental y psiquiatría.

La directora del Servicio Canario de la Salud (SCS), Juana María Reyes, recordó que todavía se asocia al cáncer con la muerte, pese a que los avances tecnológicos y los programas de prevención casi lo han convertido en una enfermedad crónica que, en todo caso, sí es cierto que cambia "totalmente" las perspectivas de vida, las relaciones familiares, laborales y de pareja e incluso, provoca conflictos internos.

Reyes señaló que con "Primer impacto" se afrontan las dudas que el paciente no se atreve a expresar en su ámbito familiar por el temor y la angustia y supone estar "acompañado" en el proceso, en el que también participan personas que ya han pasado por la experiencia de vivir la enfermedad y por lo tanto, saben a qué miedos se enfrenta el enfermo.

Raquel Gómez, la psicóloga clínica responsable del programa en el HUC, señaló que cada paciente tiene sus propias necesidades médicas y psicológicas y no tiene por qué recurrir a "Primer impacto" desde el primer día. Lo esencial es que los enfermos y sus familias "se sienten arropados".