La Agencia de Fronteras Exteriores de la Unión Europea (Frontex) ha reforzado los puntos de vigilancia que mantiene en la costa africana, con la vista puesta, sobre todo, en el conflicto bélico que se mantiene en Libia y en previsión de que un millón de personas puedan salir del norte de África si la guerra se recrudece en el Mediterráneo.

Así lo han señalado a este periódico observadores internacionales que han visitado Canarias en estos días por este motivo, quienes han afirmado que también se han reforzado los efectivos en la embajada española en Marruecos.

Frontex ha fijado entre 500.000 y el millón y medio las personas que, a causa de las revueltas en Libia y el norte de África, podrían desplazarse hacia Europa.

Estas personas, de origen subsahariano, viven actualmente en Libia y podrían tomar la determinación de dirigirse principalmente a países como Italia, Malta y Grecia, con el fin de huir de la guerra.

El pasado mes de febrero, los ministros de la UE de Justicia e Interior mantuvieron una reunión en Bruselas para debatir por primera vez las consecuencias en la inmigración de las revueltas del norte de África.

Precisamente ese mes, el Gobierno italiano declaró el estado de emergencia humanitaria tras la llegada de 4.000 emigrantes tunecinos a Lampedusa en solo cuatro días, isla que cuenta con centro de acogida que está preparado para albergar a 800 personas.

La grave crisis social y política de los países del Magreb ha generado el éxodo de población hacia las costas italianas.

El ministro de exteriores italiano, Franco Frattini, que en anteriores legislaturas fue ministro europeo de Justicia e Interior, fue ágil en solicitar la implementación inmediata de la misión Frontex para patrullar e interceptar expediciones clandestinas en la costa tunecina.

En los últimos años, Frontex se ha ido dotando con el personal y los recursos materiales (helicópteros y embarcaciones) que voluntariamente han aportado los Estados miembros, para vigilar la costa de los países subsaharianos que exportaban población en cayucos hacia Canarias. Así se ha mantenido en los últimos cinco años.

Ahora, tras el llamamiento del ministro italiano Frattini, Frontex se ha dedicado principalmente a la operación denominada "Hermes", puesta en marcha en el Mediterráneo tras las revueltas en Túnez, por las que han llegado a Italia alrededor de 5.500 inmigrantes en las últimas semanas.

Sin embargo, Frontex adoptó la decisión de no repatriar a los inmigrantes o refugiados del Norte de África que huyen de la crisis que se ha desencadenado en el Magreb, sobre todo con la revuelta en Libia.

El director de la agencia, Ilkka Laitinen, confía en que todos los estados miembros de la UE envíen recursos al Mediterráneo para ayudar a países europeos como Italia, Malta y Grecia a afrontar el éxodo de inmigrantes y de refugiados del Norte de África.

El responsable de Frontex manifestó públicamente que aguarda la decisión política de los gobiernos europeos de apoyar el plan de la agencia de control de fronteras en esta crisis del Mediterráneo.

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