Una campaña en Endocrinología de los hospitales canarios informará sobre el papel de la cerveza en las dietas de adelgazamiento, según ha informado el Centro de Información Cerveza y Salud en un comunicado.

Las personas que siguen una dieta de adelgazamiento pueden consumir cerveza de forma moderada sin que, por ello, se comprometa el tratamiento de su obesidad. Esta es una de las conclusiones de la campaña informativa de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y el Centro de Información Cerveza y Salud dirigida a profesionales de la salud y pacientes, en la que se dará a conocer el papel del consumo moderado de esta bebida en el tratamiento dietético del obeso.

La información, que se difundirá a través de los principales servicios de endocrinología de los hospitales canarios, ha sido presentada este jueves en Santa Cruz de Tenerife por su coautor el doctor Manuel Gargallo, de la Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Virgen de la Torre de Madrid.

El objetivo de estos manuales es transmitir al paciente obeso una serie de pautas acordes con el tratamiento que le permitan mantener el hábito del consumo moderado de cerveza. Gargallo ha indicado que "la piedra angular del tratamiento del obeso es la modificación del estilo de vida (alimentación y actividad física), pero debe estar siempre dentro de unas metas realistas y asumibles para el paciente. En este sentido, la prohibición absoluta de bebidas fermentadas, como la cerveza o el vino, basada en el aporte calórico es poco sostenible para la mayoría de los obesos españoles".

El aporte calórico de la cerveza puede variar, pero oscila en torno a las 45 kcal/100 mL de la cerveza tradicional y las 17 kcal/100 mL de la cerveza sin alcohol. Además, como señala el Dr. Gargallo, "la cerveza aporta otros principios inmediatos como proteínas y carbohidratos, tiene un alto contenido en minerales y antioxidantes, así como una gran cantidad de vitaminas del grupo B y folatos".

"En el tratamiento dietético del obeso es ineludible asumir de antemano el más que probable consumo, tan arraigado en nuestra cultura, de bebidas fermentadas por parte del paciente", ha explicado el Dr. Gargallo. Entre las recomendaciones dirigidas a las personas en tratamiento dietético que se incluyen en los manuales, se aconseja mantener siempre el consumo de cerveza dentro de lo que se define como moderado (2 o 3 cervezas al día para los hombres y 1 o 2 para las mujeres), tomarla tras haber calmado la sed con una bebida no calórica (agua o infusión), intentar sustituirla en la mayoría de los casos por cerveza sin alcohol, ofrecer unas pautas de intercambio calórico para cuando se consuma esta bebida y controlar el aporte de productos hipercalóricos. "Por ejemplo, a la hora del aperitivo es importante evitar alimentos ricos en grasas, que se pueden sustituir por encurtidos como pepinillos, cebolletas, anchoas o piparras", ha indicado Gargallo.