Un grupo de expertos de la Universidad de Granada, dirigidos por el profesor Gualberto Buela-Casal, arroja cada año un poco de luz sobre el estado de la actividad investigadora de las universidades españolas. El ranquin de producción y productividad en investigación que elabora este equipo revela en su última edición -correspondiente al año 2010 y publicada por la revista Psicothema- que la Universidad de La Laguna (ULL) ha conseguido ciertos progresos que, si bien no le sirven para abandonar los últimos puestos en cuanto a la productividad investigadora del país, sí permiten albergar esperanzas sobre su futura evolución.

El problema de la ULL no es la producción total de investigaciones, un aspecto en el que figura por encima de la mitad de la tabla -en el puesto 20 de 48 instituciones académicas-, sino su productividad, es decir, la relación entre la producción y el número de profesores. En ese capítulo, el centro tinerfeño ocupa el puesto 44, cuando en 2009 se encontraba en el 47, solo por encima de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Precisamente, la ULPGC abandona este año el último puesto en productividad, en el que cae la UNED, mientras que en producción se encuentra en trigesimonoveno lugar.

La mejoría experimentada por la ULL es prácticamente general: en todos los aspectos analizados, salvo en uno, escala posiciones respecto al ranquin de 2009. La productividad de la institución se eleva en registro de patentes -del puesto 44 al 43-, publicaciones en revistas científicas -del 39 al 36-, proyectos de I+D (investigación más desarrollo) -del 48 al 35-, tesis doctorales -del 46 al 42-, becas del Programa de Formación del Profesorado Universitario (FPU) -del 45 al 35- y doctorados con mención de calidad -del 45 al 44-. Solo en tramos de investigación obtenidos por el personal docente no hay avance, y la Universidad de La Laguna permanece en el mismo lugar, el 46.

Las universidades más productivas en actividad investigadora del país son la Pompeu Fabra (Barcelona), la Pablo de Olavide (Sevilla) y la Autónoma de Barcelona. En cambio, en producción total los tres primeros puestos corresponden a la Complutense de Madrid, la Universidad de Barcelona y la de Granada.

Las conclusiones del equipo que ha elaborado el estudio apuntan, como principal problema de la Universidad española "su escasa visibilidad y competitividad en el nuevo contexto que ha surgido tras la aparición del Espacio Europeo de Educación Superior". Solo diez instituciones españolas aparecen en el popular ranquin de la Universidad de Shangai entre las 500 mejores del mundo, aunque todas ellas después del 200, recuerdan.

La tarea que debe afrontarse para corregir esta situación es, según el grupo encabezado por Buela-Casal, "seguir consolidando las estructuras científicas y mejorar sustancialmente todos los mecanismos de transferencia (de conocimiento hacia la sociedad), sobre todo tras la aparición de los nuevos Campus de Excelencia Internacional" que, a su juicio, deben ser potenciados. El estudio también destaca la necesidad de reforzar la colaboración con el sector privado.