La Universidad de La Laguna, la tercera más envejecida del país, ha decidido rejuvenecerse. Y, pese a las diversas dificultades con las que se ha topado -dos intentos frustrados para modificar sus estatutos y definir la figura del profesor emérito prejubilado y las reticencias del Gobierno canario a consolidar los complementos retributivos de los docentes jubilados anticipadamente-, parece que lo está consiguiendo.
Eso es lo que se desprende de los datos que esgrime el vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado, Juan Felipe Pérez Francés, que asegura que las 31 prejubilaciones de las que constó la primera tanda que ha emprendido la institución, correspondiente al curso 2009-2010 -y a las que habría que sumar "ocho o nueve" jubilaciones forzosas y alguna baja de larga duración-, se cubrieron con la contratación de 72 nuevos docentes.
Y es que el retiro de un veterano -catedráticos o profesores titulares con muchos sexenios a sus espaldas y, por lo tanto, un sueldo muy elevado- da para mucho. "De ahí pueden salir dos plazas", dice Pérez Francés. El proceso de prejubilaciones beneficia a la ULL en dos sentidos. No solo permite asegurar el relevo generacional y evitar un futuro déficit de personal docente e investigador cuando se produzca la jubilación de un importante volumen de trabajadores por razones de edad, sino que también ofrece la posibilidad de reequilibrar la plantilla, que presenta notables diferencias entre unas áreas y otras.
En efecto, departamentos sobrecargados conviven con otros que andan más bien justos de profesorado. El proceso de prejubilaciones corrige esta situación porque, como explica el vicerrector, "cada plaza no se renueva en el mismo departamento que la pierde. Se incorporan a una bolsa y se estudia dónde hacen falta. Pueden quedarse en la misma área o ir a otra con más necesidades". La idea es equilibrar las áreas de especialización, de tal manera que las deficitarias cuenten con suficiente personal.
La segunda tanda de contrataciones ya ha sido acordada con los sindicatos y será convocada en enero. Con ella se pretende sustituir a 38 docentes retirados anticipadamente durante el curso 2010-2011. Un tercer proceso se emprenderá entre finales de 2012 y comienzos de 2013.
"Si continuamos incentivando estas políticas, en los próximos diez años podrían renovarse unos 600 profesores", augura Juan Felipe Pérez Francés.
Pero, además, las jubilaciones anticipadas dan margen a la institución para acometer "políticas adicionales" de profesorado que resultarían impensables de otra forma en las circunstancias actuales, marcadas por las complicaciones económicas, y que, recuerda Pérez Francés, figuraban en el programa electoral con el que Eduardo Doménech fue refrendado como rector el pasado abril. Estas actuaciones incluyen la incorporación de profesorado dedicado casi exclusivamente a la investigación -si acaso, compatibilizada con la docencia en estudios de doctorado-, destinado a impulsar la productividad científica de la ULL.
"Se trataría de profesorado contratado para dirigir grandes proyectos de investigación y que contribuiría a mejorar la competitividad de la Universidad", apunta el vicerrector. Ya se ha hecho una primera contratación -"cinco o seis" investigadores y el próximo año se efectuará la segunda.
Entre los planes de la institución académica también se encuentra atraer profesores visitantes, aunque "en pequeñas cantidades, porque la situación económica no da para más". Estos docentes "de prestigio" llegarían pagados por la ULL y se encargarían tanto de labores de enseñanza como de liderar proyectos de investigación.
Consenso sindical
Una tercera actuación se refiere a la concesión de años sabáticos para profesores que pasarían una temporada en otra universidad para adquirir mayor experiencia docente e investigadora y cuyos sustitutos serían contratados con los recursos disponibles gracias a las prejubilaciones.
El "momento interesante" que, según el vicerrector, viven las relaciones de la cúpula de la ULL con los representantes de los trabajadores facilita el impulso de estas medidas. "La política de profesorado está consensuada casi al 100% con los sindicatos, y eso hace que La Laguna vaya mejor que otras universidades españolas en este aspecto".
No obstante, Pérez Francés advierte de la conveniencia de "ser cautos" a la hora de planificar nuevas titulaciones -dentro del marco de Bolonia- si no se cuenta con plantilla suficiente. Hasta ahora, asevera, se ha hecho, de forma que los nuevos grados y posgrados que la ULL impartirá en breve no tendrán problemas en este aspecto.