María del Carmen Hernández Bento (Las Palmas de Gran Canaria, 1963) es la delegada del Gobierno en Canarias. Asegura que el Ejecutivo trabaja a marcha forzada, "pero en 20 días no se puede solucionar lo que no se hizo en ocho años".

En la legislatura anterior, el PP denunció que la Policía se había convertido en un instrumento político de persecución. ¿Qué hará ahora el Gobierno para corregir esa situación?

Prefiero mirar hacia adelante, no quiero mirar hacia atrás, que es lo que me corresponde: intentar que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado puedan actuar desde la profesionalidad y ese el papel que debo desempeñar en vez de inmiscuirme. Que las cosas sigan el curso normal que deben seguir.

¿Para cuándo estará nombrado el nuevo cuadro del mando policial?

Dependerá del director general de la Policía. En este momento tenemos que ser conscientes de que el Gobierno está dando los primeros pasos y no lleva ni un mes. Por lo tanto, ese tipo de decisiones se deben hacer con la mesura y tranquilidad que se merecen. No podemos descartar nada, pero las cosas se deben hacer con los tiempos que se necesiten.

CC ha defendido la necesidad de incrementar la seguridad en Canarias y es uno de los argumentos empleados para defender la existencia de la Policía Canaria. ¿El Gobierno cree que hay aumentar las dotaciones de policías en las Isla?

Estos días he tenido la oportunidad de ver cómo están las dotaciones y las plantillas están casi al 90%, que es una cifra aceptable. Podemos estar tranquilos y creo que los cuerpos están bien dotados.

El PP canario dice que el consenso que piden el Gobierno canario y los cabildos en las prospecciones de petróleo está bien -de hecho el ministro del área, José Manuel Soria, prometió oírlos- pero deja claro que la última palabra en caso de que no haya acuerdo es la del Estado.

El ministro ha dejado claro que va a buscar el consenso con el Gobierno autonómico. No solo eso, sino que ha dado un paso más y ha dicho que le parece justa la reivindicación del Ejecutivo regional de beneficiarse en el supuesto caso de que existiera petróleo en las aguas del Archipiélago. El presidente Paulino Rivero ya había apuntado que a través del REF se pudiera articular que parte de los potenciales beneficios quedaran para Canarias y creo que, en ese sentido, no habrá problema alguno de entendimiento. Lo que no me parece sensato es que teniendo la posibilidad de averiguar si en Canarias contamos con esa fuente de riqueza no se explore.

El Gobierno central subió los impuestos apenas se constituyó y, pese a prometer que no lo haría y a todos los motivos que esgrimió por los que no convenía. ¿Será esta la legislatura de las sorpresas?

Para sorpresas, la que se llevó el Gobierno cuando llegó y vio que lo que le habían dicho del déficit no era lo real. El anterior gobierno traspasa al entrante unas cifras que no coinciden con la verdad. El déficit esperado era el 6% y la realidad es que pasa del 8%, lo que supone 20.000 millones de déficit adicional, más 5.000 millones por la Seguridad Social. Por ello, el Gobierno tomó decisiones, incluso impopulares y contrarias a lo que se había dicho antes. Lograr que el déficit sea el 4,4% no será fácil y, sin embargo, el presidente está dispuesto a hacerlo. Es verdad que la subida de los impuestos no estaba prevista, pero ya se dijo que es temporal y cuando se pueda, estoy segura de que se volverán a bajar.

Los sindicatos denuncian que ya había datos publicados que indicaban que el gobierno anterior no cumplía con el déficit y rebaten así el argumento del Gobierno para justificar la subida de los impuestos.

Eso no es cierto. La rumorología puede ser la que sea, pero las cosas se hacen con seriedad. En el traspaso de poder, las cifras que un Ejecutivo da al otro son las que cuentan, no otras.

En las críticas al Plan Canarias, que tacharon de estafa, el PP regional llegó a ofrecer que plantearía otra medida mejor si ganaba las elecciones. ¿Está trabajando el Gobierno en alguna actuación en esta materia?

Voy a matizar eso. Como partido, y no como delegada del Gobierno, tengo que decir que desde el principio nunca dijimos que era una mentira. De hecho, estábamos encantados de que Canarias recibiera 25.000 millones en 10 años, 2.500 millones anuales. Cuando criticamos fue cuando vimos que no llegaba ni a la décima parte de lo prometido. Lo que no hará el PP es anunciar medidas que no se puedan cumplir.

Las administraciones y las empresas están a la espera del recorte que hará el Gobierno en los PGE. ¿Qué alcance tendrán en Canarias?

Los recortes nos llegarán a todos y Canarias no será una excepción. Los ministros están trabajando a marcha forzada, pero en 20 días no se puede solucionar lo que no se hizo en ocho años.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dijo que España no alcanzaría el objetivo del déficit del 4,4% este año y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría lo corrigió, por lo que Montoro se desmintió al final. ¿En qué quedamos?

Tampoco fue un desmentido. El ministro lo que dijo es que es difícil hacerlo. No hay contradicción. Va a ser difícil y se va a conseguir.

Pero luego Montoro abogó por alargar el plazo del objetivo del déficit y el ministro de Economía, Luis de Guindos, lo descartó en Bruselas. ¿El Gobierno va improvisando según surgen los problemas?

Lo importante es que estamos todos de acuerdo en que ese es el objetivo a conseguir. No hay improvisaciones. Que el ministro diga que será difícil no es raro porque será así.

¿Cuál es el reto más importante a enfrentar en estos cuatro años desde su cargo?

Los delegados tenemos que ayudar a explicar la difícil situación por la que atravesamos, los ciudadanos lo merecen y se necesita mucha pedagogía porque las cosas que se avecinan no serán sencillas.

Fuera ya del ámbito de delegada, ¿Podría y debería Soria seguir siendo el presidente del PP canario si sigue de ministro?

No hay una discrepancia. Lo normal es que los cargos orgánicos de un partido cuando toca gobernar asuman también cargos públicos. A mí esa polémica se me escapa, no lo entiendo, no veo el problema.

Está el tema de la distancia...

Al contrario de lo que se dice, la figura de Soria como alguien controlador no es cierta. Está en Madrid y el partido funciona perfectamente.