LOS INFORMES dicen que, como no se ponga remedio, el Club de Golf de Buenavista, que construyó, gestiona y promociona el Cabildo de Tenerife, irá proa al marisco. El responsable cabildero, el ínclito don Ricardo Melchior Navarro, tiene así otro lunar en su larga lista. El campo hace aguas y dice un informe oficial que la sociedad pública incumple el principio de estabilidad presupuestaria y que se encuentra en situación de desequilibrio financiero. Otra más.

Añade el informe de los expertos contables que o se establece un plan de saneamiento (eliminando pérdidas a base de aumentar los beneficios) o el Club de Golf Buenavista tiene que cerrar, venderse o lo que sea. Nos preguntamos, sin el menor atisbo de acusación, sino solo por saber: el hotel, propiedad de los de siempre, que está al lado del golf, ¿se construyó porque existía el campo del Cabildo o el Cabildo construyó el campo pensando en el hotel? No afirmamos, sino que preguntamos. Es que tenemos aquí una duda trascendental. A lo mejor, ninguna de las dos cosas.

Es que entre los casinos, el mayor telescopio del mundo, el NAP, los institutos tecnológicos esos, Titsa, el golf y otras empresas ruinosas, tipo Teysol y demás yogures, nos arruinamos, don Ricardo. Nos vamos para el piso. Y es curioso que esto le ocurra a una persona -como el propio Melchior- que tiene fama de administrar bien y que echó a los perros al bueno del profesor Alarcó porque decía -Melchior- que su vicepresidente y examigo hacía chifladuras en la sociedad pública que dirigía. Como dicen los cubanos, ¿qué pasa aquí, caballeros?

El campo de golf de Buenavista, ahora en cuestión, fue construido en los tiempos en la alcaldía del socialista Aurelio Abréu, hoy aliado de don Melchior, que dejó al Ayuntamiento arrugado como una pasa, como ya dijo la Audiencia de Cuentas; aunque él se las arreglara en Madrid para que otro organismo opinara lo contrario. Ya se sabe que esto de la contabilidad es muy elástico.

En fin, que la gestión del repetido don Melchior, ese recio político de origen teutón, en el Cabildo está siendo cuestionada, incluso allende nuestras fronteras. El diario ABC habla y no para de las pérdidas cuantiosas de las empresas públicas insulares y maneja informes espeluznantes de cómo está ese Cabildo. Claro que ese genio que tiene don Melchior como jefa de Gabinete, la tal Arozarena, a lo mejor emplea su dislexia política en enmendar la plana a su jefe, con menos futuro que Zapatero.

Por cierto, ¿no dijo que se iba si no le entregaban la gestión del patronato del Teide? Que sepamos, sigue ahí.