Basilio Febles, secretario de organización de la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada (FTSP) y secretario de Información de la Unión Sindical Obrera de Canarias (USO), aseguró en declaraciones a EL DÍA que los amotinamientos en el Centro de Menores con Medidas Judiciales de Valle Tabares "son habituales, otra cosa es que el tamaño del motín sea de dimensiones considerables como para considerarlo un peligro, pero que se amotinen cuatro o cinco internos en un módulo y tenga que acudir seguridad privada, diez o doce compañeros, para sacarlos y llevarlos a cada uno a su habitación, eso es habitual, no todos los días pero sí con bastante frecuencia".

Además, según relatan algunos trabajadores, el mayor problema que tienen es que "no hay protocolo de actuación para nada, los compañeros montan los puestos cuando hay un motín y no saben qué puesto tienen que montar o desmontar, desconocen qué hacer en una intervención o cómo tratar a los menores en una situación conflictiva".

Según explicaron a este periódico algunos de los profesionales que actualmente trabajan en Valle Tabares, "hay parte del personal de seguridad que no tiene ni nociones de cómo poner un simple grillete. Constantemente, los jóvenes incendian los colchones y las mantas, y cogen los extintores de polvo cuando tendrían que usar los de agua. Cuando esto pasa, sacan a todos los menores al patio. No tienen conocimiento de ningún tipo y eso es culpa de la empresa y del director de Seguridad porque no están sino pendientes de meterle caña y machacar al personal. Por eso están denunciados", apuntaron.

Una parte importante de la plantilla del centro la conforman los educadores, cuyas tareas suelen confundirse con las del personal de seguridad, como ocurre con los cacheos, que los están haciendo estos últimos "cuando tendrían que hacerlos los educadores, y no los hacen porque no hay personal", aseguraron.

Asimismo, entre las graves carencias que se han detectado, destacan las relativas a formación y que la empresa suple con la impartición de "un curso que empezamos hoy mismo (por ayer), de formación de menores, con una duración de dos días y que no es suficiente, es muy básico y oral, no práctico", relataron. Las intervenciones por parte del personal de seguridad son constantes, todos los días y a todas horas, "ya sea por agresión o por cualquier otra cosa. El otro día agredieron a un compañero con un bolígrafo en el brazo y desgraciadamente está de baja. Se les han retirado pinchos, sobre todo a menores marroquíes que están constantemente a la defensiva con cualquier objeto punzante para agredirte físicamente".

SIN Recursos

El detector de metales, averiado

Las carencias son múltiples, según relatan a EL DÍA algunos miembros del centro Valle Tabares de Tenerife. Una de ellas se refiere a un detector de metales para controlar la entrada de objetos, sobre todo punzantes, pero que está averiado y por eso han entregado varios partes al respecto.

Igual pasa en los talleres que se imparten, en los que no pueden acompañarlos durante todo el tiempo y los objetos se los guardan en "los pliegues naturales de su cuerpo", pero no podemos cachearlos porque "nos buscamos un problema".