La confusión y la falta de información originaron ayer un caos en la secretaría de la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de La Laguna (ULL), donde cerca de 200 estudiantes de las titulaciones en proceso de extinción -licenciaturas y diplomaturas- se congregaron para elegir asignaturas optativas y de libre elección, coincidiendo con el inicio de la ampliación del plazo de matrícula en la institución y sin que ésta hubiera implantado a tiempo la inscripción por internet, tal como era su intención.

"Llegué a las cuatro de la mañana y me dieron el número 75", relata un alumno de Empresariales, que asegura que otros compañeros montaron guardia en el centro desde antes de la medianoche para estar entre los primeros para formalizar su inscripción.

Entre los estudiantes se había extendido la idea de que este era el último año para cursar materias optativas. Sin embargo, la ULL matiza que lo que finaliza son las optativas con docencia -al extinguirse el curso en el que se imparten-, pero no la posibilidad de matricularse y examinarse de ellas.

El problema, según el director de la escuela universitaria de Ciencias Empresariales, Ángel Chinea, procede de la gran cantidad de alumnos que se quiere titular por el plan antiguo y que quiere hacerlo este año, algo que se deriva de las reticencias a pasar el título de grado (los que sustituyen a licenciaturas y diplomaturas desde la implantación de la reforma de Bolonia).

La acumulación de alumnos en esta titulación supone, destaca el director del centro, que el profesorado haya hecho un doble esfuerzo, una situación que, según Chinea, también afecta al personal de administración y servicios.

Por su parte, los estudiantes tienen la sensación de ser "presionados" para pasarse al grado.

Según la ULL, en este problema han concurrido dos circunstancias. Una es el elevado número de alumnos de Económicas y Empresariales en liza por matricularse en unas optativas cuya oferta es cada vez menor debido a la paulatina desaparición de las titulaciones. En este sentido, la institución sostiene que aplicó un sistema de citas para cien estudiantes y se presentaron 170. La segunda, el retraso en la implantación de la automatrícula -la inscripción por internet-, que ya se emplea en el inicio de curso, pero que ahora quiere extenderse a febrero, aunque, en este caso, sin llegar a tiempo.