Manuel de Vega, director del proyecto Neurocog (Neurociencia Congnitiva), orientado al estudio del cerebro, advirtió ayer de que entre los investigadores existe "preocupación por el futuro". Durante la inauguración del edificio que albergará la actividad de esta iniciativa científica, De Vega señaló que las infraestructuras son "importantes y positivas", pero matizó que lo fundamental es "la estabilidad de los investigadores jóvenes".

Tal es así, que el director de Neurocog no pide "ni un aparato más" siempre que se garantice la continuidad del personal investigador más joven, que es, a su juicio, el "músculo y el impulso de la investigación". "El futuro no puede hacerse sin contar con ellos", dijo De Vega, que detalló que su equipo está "luchando" por conseguir contratos para estos investigadores "por vías alternativas", pero que es necesario que la Administración consolide este colectivo.

"Los tiempos no están para fiestas, pero tampoco para abandonar lo que ya se ha hecho, porque, entre otras cosas, sería un desperdicio de fondos públicos", argumentó.

Doctorados en Psicología y con varias especializaciones en sus currículos, tres de los nueve jóvenes que integran este proyecto han reconocido a Efe que tienen ilusión y motivación, pero que se les hace duro ser contratados solo por unos meses sin saber luego qué va a pasar.

Rut Correia, de 31 años, es una de ellas. A pesar de estar en el paro -su contrato duró un año-, continúa ligada a este proyecto porque, según cuenta, "es la única manera de que te vuelvan a contratar y de seguir acumulando méritos".

"¿Qué haré después?"

"Está muy bien contar con todos estos equipos pero necesitas gente que los ponga en marcha", asegura la joven, que centra sus investigaciones en seguir a varias personas durante un largo periodo de tiempo para ver cómo envejecen y cómo cambian sus funciones cognitivas y su cerebro.

"¿Y qué voy a hacer después?", se pregunta Rut, igual que Maautje van der Meij, de 33 años, otra investigadora de este proyecto, a la que se le acaba el contrato a final de mes.

"El tiempo en política es a corto plazo, en investigación es a largo plazo", reflexiona Gorka Navarrete, de 34 años, quien explica que en un año solo da tiempo de iniciar los estudios y se necesita otro como mínimo para consolidar los datos. Especializado en el razonamiento, en la creatividad y en la toma de decisiones, Gorka, a quien le han renovado hasta junio, destaca lo difícil de buscar trabajo mientras tienen que producir para aumentar las posibilidades de conseguir otro empleo.