El sistema de concertación en sanidad no prima la calidad asistencial, sino el beneficio económico. Con estas palabras el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Canarias (COFC) denuncia su preocupación porque "en las clínicas concertadas no se preste la adecuada atención a las patologías que deberían ser tratadas por fisioterapeutas y están siendo tratadas por auxiliares de clínica, que no están formado en este especialidad".

En concreto, el vicepresidente del COFC, Carlos Martín, explica que "mientras que a la sanidad pública llegan entre 18 y 20 pacientes al día por cada profesional de la fisioterapia, a la privada se manda entre 30 y 40, así que lo que hacen es tener a varios auxiliares de clínica supervisados por un fisioterapeuta, en vez de que toda la plantilla esté compuesta por fisioterapeutas, como sucede en la sanidad pública.

"Se trata al paciente según su número y no según su diagnóstico y eso implica que se utilizan terapias estandarizadas y no personalizadas que son las propias de un fisioterapeuta", afirma Martín, que, sin embargo, aclara: "Esto no supone que exista ningún riesgo para los pacientes, pero lo que sucede es que no se alcanza la solución para la que fue incluido el paciente en un tratamiento rehabilitador, de forma que existe un coste económico elevado para la sanidad pública, debido a la concertación, y, sin embargo, no se consigue un resultado óptimo, sino simplemente cierta mejora".

El propio COFC ha comunicado esta circunstancia al Servicio Canario de Salud "innumerables veces", según ellos mismos confirman sin que, hasta la fecha, hayan recibido respuesta alguna.

No obstante, también se han reunido en varias ocasiones con los gerentes de las principales clínicas concertadas (todas ellas ubicadas en las dos islas capitalinas) para debatir este mismo asunto.

"Lo que nos dicen es que gestionan sus recursos como mejor consideran y que no han recibido crítica alguna por parte de la Administración, así que no van a introducir cambio alguno", declaraba ayer el vicepresidente del órgano colegial, para quien "está claro que prima una cuestión de rentabilidad frente a la salud de los pacientes".

La Sociedad Canaria de Medicina Física y Rehabilitación (SCMFR) comparte plenamente el criterio del COFC recordando que "los centros concertados contribuyen a rebajar la lista de espera y trabajan con sus propios criterios, por lo que deberían tener los mismos requisitos que los públicos y parece ser que esto no es así", explicó ayer su presidente, Florián Medina.

A su juicio, "si un médico aconseja tratamiento rehabilitador a un paciente, debe ser un fisioterapeuta el que lo realice, porque es el especialista encargado de ello y el que ha hecho una carrera con ese fin. Otra persona no puede hacerlo, porque sería lo mismo que si una enfermera recetara fármacos, no está capacitada para ello".

Por lo que considera que el Servicio Canario de Salud "debería investigar qué es lo que ésta sucediendo en las clínicas concertadas, porque ya se le ha puesto en alerta en varias ocasiones".

En este sentido, Medina hizo una defensa a ultranza de los servicios disponibles en los hospitales públicos canarios, ya que "están dotados de todos los servicios necesarios, lo que hace que ya no tenga que trasladarse ni un paciente a la Península para tratarse".

Estas declaraciones se producen como consecuencia de la publicación de un artículo de la fundación Kovacs que pone en cuestión la eficacia de los tratamientos rehabilitadores en las Islas y que el COFC y la SCMFR rechazan.