Canarias ha demostrado que está preparada para asumir un riesgo volcánico, aseguró el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno canario, Juan Manuel Santana, quien opina que con la experiencia de El Hierro se ganó en conocimiento científico y en coordinación en materia de Protección Civil.

Santana comenta que en el proceso volcánico vivido en El Hierro funcionó de forma correcta la coordinación de las instituciones, a pesar de las discrepancias de algunas de ellas, como el Cabildo herreño, y puntualiza que en esa Isla "todos nos probamos y da satisfacción saber que hemos dado respuesta a lo que se requería".

"El conocimiento adquirido nos va a servir a futuro", dijo Santana, a quien no le apena que el volcán no haya salido a la superficie porque ello ha evitado riesgo para la población.

De la experiencia volcánica se queda con la reacción de los ciudadanos herreños, que se comportaron "excepcionalmente" y entendieron la complejidad de este proceso y se informaron.

La Isla recuperará el semáforo verde, tal y como reclaman instituciones insulares, cuando todos los indicadores (la emisión de gases, la deformación del terreno y la sismicidad) vuelvan a la normalidad, manifestó el director general, quien aclaró que el semáforo es información a la población, pero no tiene relación con la actividad económica.

Ventana "temporal"

Santana comentó que la vulcanología no es una ciencia que permita predecir lo que va a suceder en un plazo superior a dos o tres días y esta "ventana" temporal, explicó, obligaba a tener todo preparado a la espera del aviso de los científicos.

Cree que el despliegue de medios que se realizó en la Isla no fue exagerado porque nadie sabía lo que iba a suceder ni cómo, ni dónde ni por cuánto tiempo, interrogantes que se sumaban a la condición de doble insularidad de El Hierro.

Comenta que el momento más complicado fue cuando se tuvo constancia a través de los indicadores de que la erupción volcánica era inminente, pero en ese momento, recuerda, tampoco se sabía el punto exacto en el se iba a producir, su cercanía a tierra y la implicación que podía tener.

Santana señala que, a pesar de las diferentes teorías sobre el desarrollo de la erupción volcánica, la relación con los científicos fue buena y se intentó agruparlos para que fuera un único mensaje el que se transmitiera a la sociedad.