La fractura que se ha abierto en los últimos meses entre la Universidad de La Laguna (ULL) y la Consejería de Educación se hace cada día más profunda. A las diferencias a cuenta de la financiación del centro, el retraso en las becas y la posición del consejero José Miguel Pérez en el proceso disciplinario contra el grupo de alumnos AMEC se suma ahora un nuevo frente: el modelo de distrito universitario único propuesto por la Administración y cuyo liderazgo ha sido encomendado por esta a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

El Consejo de Gobierno de la ULL se opuso ayer a este documento al considerarlo "vago y genérico" y necesitado de un mayor consenso entre las universidades. Aunque coincide en la oportunidad de implantar el distrito único -que permitirá que ambas instituciones académicas funcionen como una sola a efectos de la inscripción de los estudiantes-, la Universidad lagunera entiende que debe ser la propia Consejería quien gestione el sistema de asignación de plazas universitarias para toda la Comunidad Autónoma, con el apoyo y supervisión de la ULL y la ULPGC.

En lugar de esto, el borrador de convenio rechazado ayer contempla que el proceso de preinscripción de alumnos le corresponde a la ULPGC, que debe elaborar el dispositivo informático necesario, prestar el soporte técnico y publicar en un portal web las listas de admisión y la documentación necesaria. Por su parte, la ULL habrá de comunicar a la institución grancanaria las matrículas que se vayan formalizando. Todo ello se ha dispuesto así "sin que haya mediado consenso alguno", aseguró ayer el rector lagunero, Eduardo Doménech.

Los servicios jurídicos de la ULL interpretan, además, que este convenio representa una injerencia en la autonomía universitaria, puesto que, si bien se reconoce que el objetivo de la Consejería es la creación del distrito único, como figura en su enunciado, en el texto se encarga esta prerrogativa exclusivamente a la ULPGC.

A esto se añade que la ULL presentó a Educación un informe técnico en el que proponía un modelo de unidad gestora, con plazos y detalles, y al que el Ejecutivo regional aún no ha contestado.

El equipo de gobierno de la institución comunicó a los consejeros que a fecha de hoy, y para este curso académico, resulta imposible homogeneizar los distintos criterios sobre los procedimientos de acceso que aplican las dos universidades canarias.

La suscripción del convenio fue rechazada por aplastante mayoría del Consejo de Gobierno -32 votos en contra y dos abstenciones- después de que así lo solicitara el Grupo de Estudiantes Universitarios (GEU). Con la devolución del documento, la ULL pretende forzar una negociación con el Ejecutivo autónomo.