El día antes del Jueves Santo, entre procesión y procesión, se reunió el Gobierno de Canarias en Consejo para aprobar -después de un largo calvario- la adjudicación de 155 licencias de radio de frecuencia modulada (FM). Pero ni así se han despejado las incógnitas que aún penden sobre el proceso.

Tras el análisis de la documentación presentada por los adjudicatarios se comprueba la existencia de documentos venidos del pasado, o de que en la radio hay días de más de 24 horas, así como de inversiones inverosímiles, de empleo para todos, de que hay empresas resucitadas. Y, en medio de todo esto, la espantada de los miembros socialistas del Gobierno al aprobarse la adjudicación, ausentándose del Consejo.

En el reportaje "FM: licencia para ocultar", publicado en estas páginas el 19 de febrero, se daba cuenta de irregularidades del concurso tales como la modificación de las bases con el proceso en marcha; las negativas reiteradas del Gobierno (incum- pliendo la ley) a mostrar a los solicitantes rechazados la valoración de su propuesta; la ocultación de información a los concursantes que recurren; el incum- plimiento de los criterios al constituir la mesa que valoró las propuestas; la ausencia de publicación del nombramiento de los miembros de la mesa de valoración y su nula especialización en materia audiovisual, o las sospechas de haber facilitado información exclusiva, y en secreto, a determinado concursante.

Pues bien, aún hoy la Administración canaria no ha incorporado al expediente administrativo las puntuaciones otorgadas a los licitantes a partir de las cuales se realizó la discutida baremación de las ofertas. Se había dado por buena la entrega por parte del Gobierno de cuatro DVD con todos los proyectos presentados por municipios. En aquellos soportes informáticos, acompañados de una certificación de su originalidad, se incluían las ofertas de cada uno de los licitantes.

De su análisis, se han identificado documentos en algunas de las ofertas que llevaban incorporado al nombre del archivo el código de identificación que la Administración le asignó a cada uno de los licitantes después de abiertos los sobres con la oferta, el 31 de enero de 2011. Algo imposible, puesto que la copia digital de cada proyecto iba dentro del propio sobre cerrado, salvo que se hubieran añadido después.

Precisamente esos archivos tienen una fecha de creación posterior a la de apertura de los sobres, algunos incluso con fecha de creación de julio de 2011, y que son resultado del escaneado de documentos en soporte papel a formato PDF. Todos esos archivos pertenecientes a distintos licitantes, algunos de ellos adjudicatarios de licencias, fueron impresos con el mismo software, identificado como "Xerox WorkCentre 5665". Todo muy extraño, más aún cuando resulta que algunos de esos documentos pertenecen a licitantes que resultaron adjudicatarios ¿Qué pasó? Un misterio más, y ya van unos cuantos.

Inversiones jugosas

Pero, aparte de misterios, en este proceso hay también milagros. Como es que en medio de una recesión económica brutal, con más incidencia en Canarias si cabe, los adjudicatarios de las licencias de radio en FM sean capaces de invertir las jugosas cifras que incluyen en sus propuestas, y de crear tantos puestos de trabajo (ojalá).

El cuadro que se reproduce esta página es un resumen de ambos criterios, pero el lector interesado podrá conocer estos datos al detalle, y otros más en un completo gráfico Excel que acompaña a este reportaje en la versión digital de EL DÍA, www.eldia.es.

En lo referido a la promesa de crear puestos de trabajo por parte de los adjudicatarios de las FM, y como punto de referencia de lo increíble de la mayoría de las propuestas, baste saber que la Cadena Ser, que lleva más de treinta años establecida en Canarias, con una cobertura que alcanza a todas las islas, tiene aproximadamente 80 empleados en el Archipiélago.

Por si alguien piensa que el compromiso de los "agraciados" con las nuevas licencias a dar trabajo a tanto personal tuviera su base en el hecho de que han previsto -salvo algunas excepciones- mantener una programación original y sin repeticiones de emisión la 168 horas que tiene la semana está equivocado, como se puede comprobar del análisis de los datos.

Si bien, sobre el papel, del total de 155 licencias adjudicadas, en 141 casos las empresas titulares se comprometen a emitir 24 horas al día durante toda la semana programas originales y sin repetir su emisión, en medio de esos números surgen cosas increíbles. Hay que recordar que ese compromiso era puntuado según el tipo de programa. En el decreto de adjudicación también se detalla el número de horas de cada tipo de programación.

Como se decía, en este apartado se encuentran perlas como la siguiente: si se suman las horas de cada clase de programas, en teoría, el resultado de la semana no debería ser mayor de 168, que es el número de horas que tiene una semana. Sin embargo, en al menos 8 licencias de las concedidas la cifra supera las 168 horas. El caso más evidente es la licencia nº 53 en Tejeda, que suma en programas de diverso tipo 206 horas semanales, es decir allí los días son de 29,4 horas.

En el mismo caso están las seis licencias concedidas en La Palma a Producciones Radiotelevisivas Taburiente S.L.U. (propiedad de Miguel Concepción, el presidente del Tenerife), en cuyo proyecto de programación los días duran 26,26 horas. También la licencia nº 7 en Antigua, para cuyo adjudicatario los días tienen 25,4 horas.

Pero hay más. En al menos 70 licencias de las concedidas, la diferencia entre las horas que suman los diferentes tipos de programación y la promesa de emitir durante todas las horas de la semana (168) espacios originales y hacerlo una sola vez no encaja pues sale un cifra inferior en al menos 4 horas. Sin entrar en otros casos con diferencias menores, que pueden deberse a simples errores de suma.

El caso más llamativo es el de la licencia nº 68, que aunque promete 168 horas de programación original y en única emisión -y puntuó al máximo por tal motivo- la parrilla que ofrece no supera las 83,46 horas semanales.

En este apartado de los grandes adjudicatarios destaca especialmente Canarias Difusión S.L., que igualmente obtiene la máxima puntuación al ofrecer toda su programación original y en única emisión durante todas las horas de la semana, siendo tal compromiso incoherente con la suma de horas de emisión de tipos de programas en todas las licencias que se le han concedido, ya que en la mayor parte de ellas no supera las 154,64 horas semanales, y en algún caso, como el de Tuineje, licencia nº 22, se queda en 144,64.

En el caso de las cadenas nacionales, la diferencia en menos horas se podría justificar por las dedicadas a boletines e información de actualidad de ámbito superior al territorio de Canarias, que no tendrían cabida en ninguno de los criterios.

También, en otros casos, la diferencia podría justificarse porque la programación incluye espacios que la Comisión de Valoración, conforme a los criterios que aprobó después de abiertos los sobres, excluía determinado tipo de programación.

Las horas menguantes

Dejando al margen esos supuestos en los que podría entenderse que se justificaran las diferencias, no existe explicación al fenómeno que podría llamarse de las horas menguantes.

En el caso de Canarias Difusión S.L., no tiene en su programación ni espacios de chistes ni de llamadas de oyentes ni tarot. Tampoco la distribución de la programación se corresponde con el compromiso expresado en su propuesta; ni siquiera el apartado 10 responde a lo prometido en cada una de las ofertas, alguna de las cuales estaría ya incumpliendo al día de la fecha por imposible. Por ejemplo, el compromiso de ejecutar las obras y poner en marcha la emisora en 5 días laborables.

El decreto de adjudicación señala entre otras obligaciones:

"j) Cualquier otra que se derive de los compromisos asumidos por el licitador en su solicitud que sirvieron de base para el otorgamiento de la licencia y que se detallan de manera individual en el anexo III de este Decreto".

Pero una cosa es lo que dice la adjudicación y otra lo que ofertó el licitante. Canarias Difusión S.L. se comprometió a ejecutar el plan de obras y puesta en marcha de la emisora en 5 días, y otra vez, misteriosamente, eso no es lo que aparece en el decreto de adjudicación, en el que se modifica su oferta y aparece un plazo mayor.

A estas alturas, es evidente que las puntuaciones otorgadas a cada licitante se hicieron sin considerar la lógica de los criterios entre sí. Naturalmente, si no se conoce el medio radio, ya sea por formación o por experiencia, no se sabe atribuir a cada tipo de programación ni los recursos económicos ni los técnicos ni los humanos precisos, y tampoco se puede saber si la propuesta de programación es coherente con los demás aspectos de la oferta.

Programas sin personal

Un ejemplo es el de todos aquellos licitantes -al menos 70- que, si bien incluyeron en su ofertas compromisos de adscripción de personal, en el Anexo III del Decreto de adjudicación no incorporan dicho compromiso, dando como resultado una flagrante incoherencia por parte de la Administración: se les acepta el compromiso de realizar determinado número de horas de programación original a emisoras que no van a adscribir a uno sola persona a las mismas.

Otro ejemplo evidente es el del licitante Kiss FM Radio S.A., que acumula 29 licencias en toda Canarias, y no es el único licitante que está en similares condiciones. Esta empresa ha realizado ofertas que, individualmente consideradas, son temerarias o irracionales y que, como mínimo, debieron requerir una explicación de cómo se puede mantener la oferta de crear 14 puestos de trabajo en la localidad gomera de Hermigua con una huella de cobertura de población de 2.178 habitante (suponiendo que todos ellos oigan la radio, y además esa radio). También, considerada en su conjunto, es inviable económicamente porque una cobertura para ese número de habitantes no puede justificar unos ingresos de 639.000 el primer año.

Lo más grave es que este es simplemente un ejemplo ilustrativo, que es válido también para las empresas de Miguel Concepción, el licitante de Telecanal 4 Tenerife S.A.U., que obtuvo 10 licencias, y para Producciones Radio Televisivas Taburiente S.L.U., que, por ejemplo, para Barlovento promete una plantilla de 14 trabajadores el primer año y, sin embargo, en la proyección de la cuenta de pérdidas y ganancias contempla unos gastos de personal anuales de 4.968 euros

Otro caso más: Canarias Difusión S.L. hace una oferta técnica incoherente que da como resultado que, por ejemplo, en el Sur de Tenerife se pueda oír la misma programación de la cadena en al menos cinco puntos distintos del dial. Este licitante, ya adjudicatario, para justificar la viabilidad de su proyecto argumenta que en el cuarto año de funcionamiento tendrá 280.000 oyentes diarios.

Para hacerse una idea de lo disparatado del planteamiento, la cadena SER, líder de oyentes en Canarias, con mas de 30 años de implantación en las Islas, tenía 168.000 oyentes diarios en la última oleada del Estudio General de Medios de 2011. Después del cierre de Radio El Día, ha llegado a su récord, con 203.000.

Empezar en cinco días

Canarias Difusión S.L. también promete en su proyecto poner en marcha sus emisiones en 5 días laborables desde la resolución del concurso. Semejante afirmación ya está hoy incumplida, además de ser ilegal, puesto que, conforme a la normativa, con carácter previo al comienzo de la prestación del servicio de difusión será requisito la presentación del proyecto técnico de las instalaciones y la aprobación satisfactoria de aquellas por la Agencia Estatal de Radiocomunicaciones. Por cierto, el empresario que está detrás de este proyecto, Jaime Cortezo Massieu, se declaró insolvente, aunque a título individual, el pasado 13 de abril.

Tampoco puede ignorarse respecto de este licitante que, siendo una sociedad en actividad, su balance no parta del resultado del último ejercicio depositado en el Registro Mercantil, sino desde cero, como si la sociedad no hubiera tenido actividad anterior, con lo que se obvian por completo las cuantiosas pérdidas de los últimos ejercicios. Una simple consulta al Registro Mercantil hubiera puesto de manifiesto lo dicho:159.000 euros de pérdidas el último ejercicio depositado.

También es curioso comprobar en este licitante que si bien distribuye en su proyecto económico los gastos entre los distintos centros de emisión a los que aspira, en cada uno de ello manifiesta crear los mismos puestos de trabajo, 50, lo que ya de por sí hace incoherente e inviable el proyecto.

Otro ejemplo de irregularidades es el licitante Clan de Medios de Canarias, al frente del cual está el periodista de Las Palmas Carlos Sosa. Días atrás EL DÍA publicó un documento que demuestra que iba "recomendado" por el entonces presidente del Cabildo de Gran Canaria y hoy vicepresidente del Gobierno autonómico, el socialista José Miguel Pérez, y que no ha depositado sus cuentas anuales en el Registro Mercantil desde el año 2005. Esto impide conocer sus resultados (si ha habido pérdidas o beneficios), o la situación patrimonial y financiera en su conjunto, aunque en los últimos ejercicios presenta varias incidencias con la Seguridad Social, incluidos embargos y requerimiento de bienes.

Hay que recordar que dentro del sobre número 1 tenía que ir, entre otras, una declaración responsable de que el licitante a una concesión de radio de FM está al corriente del pago con Hacienda y con la Seguridad Social, así como que no está incurso en causa de prohibición para contratar con la Administración.

No obstante, la Mesa de Evaluación designada por el Gobierno de Canarias ha aceptado sin más los datos de los que parte en su balance, ignorando por completo la situación real de la empresa. Y una de las prohibiciones para contratar es haber incurrido en falsedad al facilitar cualesquiera otros datos relativos a la capacidad y solvencia.

Como se ve, la casuística de misterios es amplia y variada.

Resultados extraños en la adjudicaciÛn de licencias FM (hoja de c·lculo)