El fallo del software aplicativo que utilizan en las dependencias de la Consejería de Políticas Sociales del Gobierno de Canarias para gestionar la agenda de citas relacionada con la Ley de Dependencia ha paralizado la actividad de este departamento desde hace un mes, lo que ha provocado numerosas reclamaciones en las oficinas que tiene el departamento regional en Santa Cruz de Tenerife puesto que impide concertar citas o mandar las cartas a los ciudadanos que han solicitado un reconocimiento.

Antonio Pérez, presidente del comité de empresa, explicó a EL DÍA que el problema surgió después de que la consejería contratase "a una empresa privada para montar un nuevo aplicativo argumentando que iba a ir más rápido, pero después de que se puso en funcionamiento hace un mes no hay manera de que funcione. A eso hay que añadir que tenía que haber pasado unos controles internos que no pasó".

El atasco se produjo después de que durante un mes no se haya podido atender a los "más de 40 casos por día que se tramitan habitualmente. Estamos hablando de un mes hábil, no natural", matizó. Por eso, hace algunos días, los miembros del comité de empresa de la consejería decidieron "plantarse" y comunicar a los responsables los problemas que esta carencia estaba ocasionando y hoy se celebrará una reunión "para comprobar que el aplicativo ese no funciona".

Lo cierto es que antes de que se convocase esta reunión, la señal de alarma saltó entre los propios técnicos del departamento, por las numerosas reclamaciones que los ciudadanos han presentando en las últimas semanas. "El programa no funciona porque se fabricó fuera y con personas ajenas al servicio y vino a sustituir a otro que funcionaba perfectamente", apuntó el presidente del comité de empresa.

Ahora mismo están utilizando el teléfono para realizar una tarea que antes estaba informatizada. Según relató a EL DÍA una usuaria, "como llaman desde teléfonos con números largos o aparece como llamada oculta, la gente no descuelga el teléfono".

Una cita, por favor

Esta misma semana, la familiar de un dependiente contó a este periódico cómo, cansada de esperar durante dos largos años -desde noviembre de 2010 en que presentó la solicitud-, hace unos días se presentó en el céntrico edificio El Cabo de la capital tinerfeña para poner una reclamación, exigir que le dieran información sobre su expediente y conocer más detalles sobre la concertación de la cita que no llegaba. Allí la atendieron "amablemente" y le confesaron los problemas que tenían y por los que esa cita había sufrido tanto retraso. "Sobre la marcha me convocaron para la semana siguiente y he de decir que en una hora mi familiar había sido reconocido".

"Me siento idiota -confiesa-, tuve que perder el día de trabajo pero ya está. No entiendo cómo la burocracia hace que todo sea tan lento cuando en realidad ellos trabajan bien. Me da lástima porque allí había gente de otras islas".