Nadie en el PSOE canario duda ya a estas alturas de que José Miguel Pérez será reelegido mañana, en el Magma Arte & Congresos de Adeje, secretario general de los socialistas de las Islas. Primero, porque salvo sorpresa de ultimísima hora no hay candidatos alternativos y, segundo, porque ha colocado al partido donde no estaba desde hacía décadas: en tareas de gobierno.

No obstante, su reelección no será óbice para que una parte de la formación ponga en cuestión la gestión realizada desde que, en marzo de 2010 y en un congreso extraordinario, se hizo cargo del liderazgo del PSOE, sustituyendo a Juan Fernando López Aguilar.

Según ha quedado de manifiesto en el proceso precongresual, algunas asambleas insulares y locales de Tenerife, La Palma, El Hierro y, sobre todo, Gran Canaria cuestionan la gestión de Pérez al frente del partido.

Por ello, y según fuentes del partido consultadas ayer, el secretario general apura los últimos días para tratar de aunar el mayor apoyo posible a su gestión, sabedor de que un mayor respaldo contribuiría a realzar el liderazgo que muchos han puesto en duda a lo largo de los últimos dos años.

Cabe recordar que en 2010 Pérez logró hacerse con la Secretaría General del PSC con un 54,2% de los apoyos, en una dura pugna con el diputado palmero Manuel Marcos Pérez, cuya candidatura estaba avalada, en aquel momento, por la Ejecutiva federal del PSOE.

Pero, ¿cuál es las razón para cuestionar a Pérez, cuando la mayoría parece apoyar la estabilidad política lograda? Al margen de aquellos que aún siguen sin ver con buenos ojos el pacto con Coalición Canaria (CC) -ahora parecen menos-, la razón parece derivar del incumplimiento de algunos compromisos de "renovación" por parte del secretario general y la necesidad de separar el Gobierno del partido.

Algunas de las fuentes critican que José Miguel Pérez "no haya repartido juego" y haya concentrado el poder del PSOE en miembros del Gobierno y del Parlamento de Canarias. Una cuestión que, por otro parte, otros miembros del partido consideran "lógica" teniendo en cuenta que son los cargos públicos los que están tirando ahora de la formación.

Este sector crítico teme que Pérez "repita" con el mismo núcleo duro que ha mantenido hasta ahora, pues entienden que el régimen de incompatibilidades del partido "se ha saltado a la torera". Otros socialistas, sin embargo, insisten en que esto ha ocurrido siempre, tanto en la ejecutiva que lideraba Juan Carlos Alemán como en la que encabezó Juan Fernando López Aguilar. Es más, remarcan que el PSOE se ha caracterizado siempre por los "dobletes".

Pero al margen de esta cuestión, a Pérez podría sobrevenirle otro problema a lo largo del cónclave de este fin de semana, que tiene que ver con los congresos insulares que están por venir.

Según diversas fuentes, el cónclave regional servirá para escenificar la línea que van a seguir los distintos sectores del partido en las islas donde hay disputa por las secretarías generales. Y Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote amenazan con dar guerra en este sentido.

En Tenerife, por ejemplo, donde el partido está en manos de una gestora desde hace varios años, crece la posibilidad de que un grupo liderado por alcaldes del Sur encabece una candidatura cara a ese cónclave insular.

¿Y en qué afecta esto al regional? Según estas fuentes, de las "piezas" que se coloquen o no en el congreso de este fin de semana puede depender lo que ocurra después en esta isla. Una explicación que brindan, con algunos matices, para las otras tres islas en las que está en duda el liderazgo de sus dirigentes.

Cabe recordar que en Lanzarote el PSOE está en manos de una gestora, en Fuerteventura pugnan por el liderazgo Juan Jiménez y Blas Acosta, y en Gran Canaria se ha puesto en duda a su secretario general, Ángel Víctor Torres.