El vicepresidente y consejero de Educación de Canarias, José Miguel Pérez, ha afirmado hoy que la reforma educativa "no va en la buena dirección" y ha pedido al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte un "esfuerzo" para llegar a acuerdos sobre esta futura norma.

Pérez se ha expresado en estos términos antes de participar en la Conferencia Sectorial de Educación, donde el ministro José Ignacio Wert está presentando formalmente a las comunidades la propuesta inicial de reforma de la enseñanza no universitaria, cuyo anteproyecto estaría listo hacia el mes de octubre.

Pérez ha mostrado su considerable preocupación por lo que conoce de este proyecto de reforma, que será de "calado" y afectará, a su juicio, a la igualdad de oportunidades.

Esta igualdad, según Pérez, es considerada en la reforma como un "obstáculo para el proyecto de la calidad educativa".

"Se plantea también que los alumnos van a ser segregados desde edades tempranas y se dice que muchos de ellos lo serán por razones de origen económico", ha informado el vicepresidente canario, quien ha insistido en que esta reforma no va en la buena dirección.

Ha destacado que el Ministerio identifica algunas finalidades importantes en el proyecto, como la lucha contra el abandono escolar y la mejora de los rendimientos, pero se equivoca en la "estrategia" y en las medidas a aplicar.

En este sentido, ha dicho que el Ministerio cree que segregando alumnos y perdiendo la igualdad de oportunidades "se llega a algún sitio", pero esto solo beneficiará a una "minoría".

Pérez ha mostrado asimismo su impresión de que esta norma dificultará "más el combate contra esos objetivos".

A su juicio, el Ministerio de Educación tienen que hacer un "esfuerzo de acuerdo" si quiere cambiar esta ley "a fondo", además de hacer un ejercicio de rigor y un diagnóstico certero en la ficha financiera.

"No se puede venir ahora a justificar los profundos recortes con nuevas normas", ha apostillado el representante de Canarias en esta reunión.

Según el vicepresidente canario, el Gobierno tiene que pactar con la comunidad educativa y la sociedad porque, de no hacerlo, la futura reforma estará condenada al "fracaso".

"Espero que no sea así. Espero que este tiempo de convulsión que estamos viviendo permita enfrentarnos con otro tipo de herramientas a los retos de la educación", ha concluido Pérez.