Lo ocurrido esta semana con el caso de "los niños de Córdoba" ha provocado que la Jefatura Superior de Policía de Canarias haya solicita a la realización de un nuevo análisis de los restos óseos encontrados en 2010 en Jinámar (Gran Canaria), que se llevaron a vincular con las desapariciones de Sara Morales (en 2006) y Yeremi Vargas (en 2007), informó la Delegación del Gobierno de Canarias, que se negó a aportar dato alguno de si se llevará a cabo esta revisión, y, en el caso de hacerse, cuándo se realizaría.

Cabe recordar que la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, afirmó el pasado martes que no se plantean modificar las líneas de investigación de las desapariciones de los niños grancanarios Sara Morales y Yéremi Vargas tras los nuevos informes forenses practicados en Córdoba.

El motivo que ha provocado esta decisión no es otro que mitigar la desconfianza que se ha generado en la sociedad a raíz del "fallo" ocurrido en Córdoba y ratificar el buen hacer de los funcionarios públicos, así como aportar mayor tranquilidad a los familiares de los niños desaparecidos, explicaron fuentes del Sindicato Unificado de la Policía (SUP) en la Provincia de Las Palmas.

"Tenemos una de las mejores policías científicas del mundo, y parece que ahora con este error puede quedar en entredicho toda la labor que se ha hecho anteriormente. Como no queremos eso, y además deseamos que las familias y toda la opinión pública sepa que es una buena policía y que está bien preparada y bien formada. Si hace falta, para dar esa tranquilidad a todas las personas, y sobre todo de los familiares, que se revisen los restos óseos de los casos que hay abiertos se hará, porque estamos plenamente convencidos de que el resultado de los peritajes será el mismo", explicaron las mismas fuentes, que hicieron hincapié en el objetivo de "ratificar y aportar tranquilidad" de esta petición de la Jefatura Superior.

En este sentido, el SUP reiteró su petición del pasado martes de que se cambiaran los protocolos de actuación, ya que los están en vigor "no funcionan".

"Los actuales protocolos establecen que se analicen una muestra de los restos encontrados, y podría ocurrir que pruebas fundamentales para la investigación no sean de las elegidas para ese análisis. Se trata de que no queden al arbitrio de quien está trabajando, y que sean protocolos claros para saber qué es lo que hay que hacer en cada momento y que esto no vuelva a ocurrir", señalaron desde el sindicato.

Respecto a lo comentado en algunos medios nacionales de que el equipo que realizó los análisis en Córdoba es el mismo que hizo las pruebas de los restos de Jinámar, las fuentes del sindicato no pudieron confirmar este dato, aunque sí indicaron que los análisis de Jinámar se hicieron en el mismo lugar que los de Córdoba, aunque esto no significa que los haya realizado la misma persona.

Aún así, incidieron en que la facultativa que llevó el caso de Córdoba está licenciada en medicina, "es experta en antropología forense y lleva más de 20 años trabajando". "No sabemos si del total de los huesos encontrados solo se dio para analizar un número muy limitado y de ahí proviene el error", explicaron.

Además, "el Comisario que lleva la investigación, en un canal a nivel nacional, dijo que no había un error, si no informes contradictorios", destacaron las mismas fuentes.

Respecto a la posibilidad de volver a analizar los restos que se hallaron en un crematorio de animales en Gran Canaria y que se vincularon a la desaparición en 2007 de Yéremi Vargas, el sindicato no pudo adelantar si se solicitarían nuevos análisis.

Lo ocurrido en Jinámar

El 19 de marzo de 2010 se encontró una bolsa de plástico en el interior de un pozo ubicado en Jinámar (Gran Canaria), dentro de la misma había restos óseos. Este hallazgo fue relacionado con la desaparición el 30 de julio de 2006 de la menor, en aquel entonces, Sara Morales.

Durante días, se intentó extraer esta bolsa del pozo, labor que fue dificultada por la cantidad de residuos y el lodo acumulado en el pozo. Una vez se procedió a la extracción de los huesos se comprobó que estos eran más pequeños de lo previsto.

Según explicaron fuentes del Sindicato Unificado de Policía (SUP) de Las Palmas, lo que ocurrió es que "al meter la cámara dentro del pozo parecía que los huesos eran de mayor tamaño del que realmente eran, y al sacarlo comprobó su pequeño tamaño. El problema en esta ocasión fueron las expectativas generadas, tanto por los medios de comunicación como por la sociedad, de averiguar algo sobre el paradero de Sara".

Los análisis posteriores confirmaron que estos restos óseos no eran humanos.

Ahora, y tras lo ocurrido en Córdoba, se abre la posibilidad de que se revisen estos análisis para que no quepa duda alguna de que no son de Sara.