Primer diputado gomero y perfecto conocedor de la comisión de investigación parlamentaria que se creó para investigar el incendio que asoló la isla en 1984, Alonso Trujillo Mora, exparlamentario socialista, considera que de las conclusiones que salieron de aquel trabajo no se aprendió "en absoluto" y por ello se han repetido en 2012 muchas de las situaciones vividas hace ahora casi 28 años.

En una entrevista con este periódico, días antes de que el Parlamento canario debata la propuesta del Partido Popular de Canarias de constituir una nueva comisión sobre el incendio registrado este verano en la Isla Colombina, Trujillo cree que los políticos "pasaron" de los resultados a los que se llegó en 1984, y sostiene que si se hubiesen atendido aquellas conclusiones "la cosa se hubiera desarrollado este año de otra forma distinta".

Con todo, el exdiputado socialista defiende que la Cámara regional cree otro organismo de investigación. "Y si a resultas de él hay indicios de delitos, pasarlo a un juzgado", aclara. "Eso es lo que pidieron hace unos días los manifestantes que se concentraron en la capital gomera. Depurar responsabilidades", añade Trujillo.

Comisión por decencia

"Si quieren atender al pueblo gomero que estaba representado allí, por decencia tendrían que constituir la comisión", sentencia el exparlamentario, quien, acto seguido, aclara que no existe "voluntad política" por parte de Coalición Canaria (CC) y PSOE para crear la citada comisión. "Se están tapando sus vergüenzas", lamenta el exdiputado socialista, que ve "negligencias tremendas" por las que deben responder los políticos de CC y PSOE.

El exparlamentario reitera su defensa a la creación de una nueva comisión de investigación a pesar de que la experiencia que vivió con la primera comisión parlamentaria, la segunda constituida por el Parlamento de Canarias en sus 29 años de historia, no fue del todo gratificante, tanto en lo personal como en lo político.

Trujillo fue designado en un primer momento presidente de aquella comisión sobre el fuego del 84, pero el "aparato" del partido lo acabó relegando a simple miembro al entender, dice, que aceptaría todas las declaraciones sin poner impedimentos. "Sabían que no era maleable", matiza. Finalmente, ese puesto terminó ocupándolo su compañero Ramón Jerez, quien se mantendría al frente de la presidencia hasta que la comisión finalizó sus trabajos en junio de 1985.

Recuerda que por sede parlamentaria pasaron muchas personas, entre ellas varios técnicos llegados de la Península, y que él mismo compareció en la comisión como testigo de la tragedia. Y es que, según precisa, escapó de las llamas al verse obligado a mover su coche para que pasara una excavadora. Eso le salvó la vida.

Reconoce que en aquellos momentos, en el escenario donde se produjo la mayor tragedia humana que ha sacudido a La Gomera en los últimos años, todo fue un "descontrol". "Como una verbena", resume.

El conocimiento, en primera persona, de estos hechos le convertían en un testigo incómodo. Por eso, remarca, antes de que se produjera su comparecencia en la citada comisión de investigación, "un destacado miembro" del aparato del PSOE -no quiso revelar su nombre- le comentó que "el partido le pedía que no contara lo que había visto". "Nos vas a meter en un problema y nos va a perjudicar", le insistió. Sobra decir que Trujillo se negó a lo que entiende como "una manipulación" y su declaración fue fiel a los hechos.

Remarca el exdiputado del PSOE que el "cancerbero", el "sacerdote del ocultismo" de aquella comisión, fue el presidente del órgano, Ramón Jerez. Asegura que él era el encargado de "maniobrar" con el resto de compañeros y sostiene que fue el "culpable" de que la comisión fuese "edulcorada".

Lenguaje sibilino

"Todas las conclusiones de la comisión parlamentaria del 84 -este periódico las publicó en su edición del pasado domingo- están escritas con un lenguaje sibilino, que no está a la altura de cualquier persona", considera Trujillo.

No obstante, reconoce que algunas de esas conclusiones fueron "acertadas", si bien otras adolecieron de más contenido y claridad. "Lo que se intentó fue minimizar y reducir la gravedad del tema", asevera.

En este sentido, y como quiera que una de esas resoluciones hacía hincapié en el "fomento del alarmismo" y la conducta "imprudente" del por aquel entonces alcalde de San Sebastián de La Gomera, Casimiro Curbelo, el exparlamentario lamenta que el Partido Socialista no tomara "ninguna medida" contra él. "A posteriori intentaron ocultarlo y que no tuviera trascendencia alguna", afirma.

Como consecuencia de haberse convertido en un compañero "incómodo", Trujillo fue apartado "poco a poco" de las decisiones de la formación socialista, partido que abandonó en 1991 cuando se dio cuenta de que "no querían" contar con él. "Me dolió mucho, pues formaba parte del PSOE desde 1972", reconoce.