LAS ALGARADAS en los países árabes, motivadas por el famoso vídeo de Mahoma, nos benefician, una vez más, a los efectos de captación de turismo. Es verdad que muchas veces se dice que Canarias subsiste a costa de las desgracias de otros países receptores. Ocurrió cuando la guerra de los Balcanes y volvió a suceder cuando la primavera árabe y ahora con los violentos incidentes protagonizados por radicales en los países islámicos.

Todo esto hace que Canarias, lugar seguro donde los haya, gane enteros como estación receptora tranquila, libre de incidentes y con una seguridad más que aceptable.

No sabemos si estos acontecimientos a los que nos referimos inciden ya en las reservas para el invierno, pero el viceconsejero Fernández de la Puente se muestra optimista, a juzgar por sus últimas declaraciones. Nosotros también, porque hay datos que las refrendan.

Es verdad que el turismo es el único sector que funciona en Canarias a pleno rendimiento. Apenas hemos perdido visitantes en los primeros seis meses del año y se espera que en el cómputo del año 2012 no solo no los perdamos sino que los ganemos. Los precios se mantienen y la calidad de nuestras instalaciones turísticas es tan alta que prácticamente no tenemos rivales en Europa y muy pocos en América del Sur. Y Oriente está muy lejos.

Quiero decir que las cosas se han hecho bien, aunque es preciso estar atentos y renovar antes de que nuestras instalaciones turísticas se hagan viejas. Un ejemplo de cosas bien hechas está en el nuevo hotel Villa María, sito en el término municipal de Adeje, el último de los construidos en la isla. Una maravilla, con un campo de golf al lado y con unas instalaciones realmente espléndidas que son todo un ejemplo para la industria turística. Este es el camino.

Canarias ha de seguir apostando por el turismo como industria principal. Somos optimistas de cara al futuro. La crisis mundial que nos azota no puede durar mil años. Pero hay que seguir apostando claramente también por la calidad. Nuestro territorio está bien definido: la costa es para el turismo; las medianías deben ser potenciadas y no olvidar la agricultura, ni la ganadería, ni las industrias derivadas de ellas. Y la corona forestal es intocable. Con estos parámetros triunfaremos. Y seguramente vamos a triunfar, todo es cuestión de seguir unas pautas irrenunciables que conquisten el futuro.