Inteligente, sencillo, divertido, irónico, pero también duro y sin miramientos con quienes no compartían sus ideas. Así definen a Santiago Carrillo Solares (Gijón, 18 de enero de 1915 - Madrid, 18 de septiembre de 2012) algunos políticos canarios, que compartieron ideas y escaños con una de las figuras claves en el comunismo español desde la Segunda República hasta el final de la Transición.

Alfonso Soriano, Jerónimo Saavedra, Wladimiro Rodríguez, Miguel Ángel Pérez y Ramón Trujillo destacan la importancia que el secretario general del Partido Comunista de España (PCE) desde 1960 hasta 1982 tuvo en una época tan trascendental para España y, aunque con algunos matices, valoran su evolución ideológica como un símbolo de la inteligencia que atesoraba.

Soriano, primer presidente de la Junta de Canarias y que compartió con Carrillo escaño en la Cámara Alta, subraya que la del exsecretario general de PCE fue una figura "importante" para la Transición española, pero "discutida", sobre todo por su periodo estalinista.

Con todo, valora su "reconversión" al eurocomunismo, pues demostró que "creyó en la democracia" y aceptó las reglas del juego. "Colaborar con el Rey y Adolfo Suárez, hacer que el PCE aceptase la bandera de España de toda la vida, renunciando a la republicana, y aceptar la monarquía como forma de gobierno son hechos incontrovertibles", indica Soriano. "Todo el mundo tiene derecho a evolucionar, y él lo hizo para bien", remarca el también miembro del Partido Popular.

Sobre el trato personal con él, Soriano destaca que era una persona "muy divertida", con un tremendo sentido de la ironía. "Podía decir las cosas más sangrantes, pero con su forma hacía reír a la Cámara", recuerda.

En esta línea, el expresidente del Gobierno regional y exlíder del PSOE canario, Jerónimo Saavedra, considera a Carrillo, con el que también compartió escaño, como "una persona clave" para la historia de España durante el pasado siglo.

Considera Saavedra que sin él "no hubiese sido posible" el consenso constitucional. "En la Transición tuvo la actitud de tirar para adelante para poner en marcha lo que el país había sido incapaz de crear: una sociedad democrática".

Al igual que Soriano, Saavedra lo identifica como una persona "inteligente", pues solo los que son así valoran los cambios y las circunstancias.

"Lanzar, junto con los italianos, la defensa del eurocomunismo, es decir la aceptación de la democracia y de jugar como un partido más dentro de los parlamentos democráticos es un indicio de su independencia y su criterio", precisa el exdirigente socialista.

Y también como Soriano, Jerónimo Saavedra destaca de Carrillo su ironía, su sarcasmo y su memoria prodigiosa.

Por su parte, Wladimiro Rodríguez, que compartió ideología y clandestinidad con el recientemente fallecido exlíder comunista, reconoce que cuando planteó la "reconciliación" y "asumir la bandera" fue "difícil de entender" para muchos de los que habían sido sus firmes defensores.

"Muchos no lo entendimos y algunos abandonaron el partido", recuerda el exlíder de Iniciativa Nacionalista Canaria (ICAN), quien, acto seguido valora la "brillantez" de Santiago Carrillo cuando se encontró con personas como Adolfo Suárez y Manuel Fraga, o con el papel que jugó el 23-F. "Los hechos de aquel día demostraron que tenía razón en el planteamiento que nos había hecho años antes", puntualiza. "El tiempo le dio la razón", añade.

Sobre su relación personal con uno de los referentes del comunismo en España, al que conoció en Sevilla, Rodríguez afirma que era bueno, pero también "muy duro". "Escuchaba, pero tomaba decisiones y no miraba mucho para los lados ni para atrás", subraya. "Tenía unas ideas y con los que no estaban en ese barco no tenía muchos miramientos", concluye.

En este sentido, Miguel Ángel Pérez, actual secretario general del Partido Comunista de Tenerife -integrado en Izquierda Unida Canaria- y que también compartió clandestinidad con Carrillo, valora la trayectoria del que fue una de las grandes figuras del comunismo en España, aunque reconoce que algunas de las decisiones que se tomaron bajo su mandato en el PCE durante la Transición afectaron al futuro del partido.

Pérez recuerda que Carrillo se apoyó, incluso, en la federación canaria para intentar volver a recuperar la Secretaría General en el XI congreso del PCE. "Había grandes vínculos canarios con el partido en España", asegura el dirigente comunista, quien recuerda a Santiago Carrillo como una persona afable y sencilla, a la que le "entusiasmaba" el chorizo palmero.

Y sin dejar de reconocer su relevancia histórica, por su lucha contra el fascismo y la instauración de la democracia en este país, el más crítico con la figura del exsecretario general del PCE es Ramón Trujillo, coordinador general de IUC.

Lamenta Trujillo que Carrillo terminara pidiendo, por un lado, la afiliación al Partido Socialista, un proyecto económico que se iba neoliberalizando y que acabó contribuyendo a desfiscalizar España, y, por otro, defendiendo el tratado neoliberal de constitución europea, "que era el gran proyecto de las derechas de Europa".

En ese sentido, advierte, que la gente de izquierda "no debe" tener mitos como si fueran santos. "Y una parte de la trayectoria política de Carrillo ya no le sirve a la izquierda", sentencia.