Los concejales disidentes de Santa Úrsula, seis me parece, rebelados contra su alcaldesa, no quieren entregar el acta, sino convocar plenos extraordinarios, por los que reciben unas perritas. Son -o eran, porque en estas cosas nunca se sabe- del PP.

Se queja la alcaldesa, Milagros Pérez León, de que eligió mal a sus colaboradores. Seguramente tendrá razón, porque esa confabulación basturria y pueblerina para derribarla ha acabado con los concejales en la calle, aunque con llavín, y con la reprobación hacia ellos de una gran parte de los ciudadanos.

El Partido Popular ha sido timorato a la hora de tratar a los que se marcharon. Aquí no cabía otra cosa que el expediente y tente tieso, y la expulsión. Como le dijo el linier Rafa Guerrero a Mejuto González: "Penalti y expulsión, Mejuto". "No me jodas, Rafa". Pues eso.

Ahora Milagros gobierna con una compañera que se quedó con ella y con el rubio del PSOE, que no me acuerdo cómo se llama, ni falta que hace. Y le están saliendo las cosas, aunque parecería muy feo que los disidentes se aliaran con AISU -que es CC en su versión de medianías- para no dejar gobernar a la alcaldesa. Esto debería estar penado por la ley antitransfuguismo.

Las peleas en los pueblos son siempre muy encarnizadas porque la gente se encochina y no mira para ningún lado. Pero la alcaldesa ha demostrado tener un par, aunque físicamente no los tenga. Digo yo. Y que no se arredra ante la adversidad. Para la próxima tendrá que escoger mejor a sus colaboradores aunque es verdad que en Santa Úrsula no había mucho donde elegir.

Claro que no se puede ser serio obligando a celebrar un pleno extraordinario a mitad me mes cuando va a haber otro ordinario a finales de noviembre. ¿Solo para cobrar las dietitas y eso? Pues muy mal. También estos absurdos tendrían que estar prohibidos por la ley. Los disidentes, si quieren cobrar, que trabajen. A lo mejor sería bueno quitar las dietas por plenos y celebrarlos cerca.

En fin, que Milagros Pérez (PP) gobierna en Santa Úrsula haciendo equilibrios, pero gobierna. Que el pueblo parece que la apoya. Que los que se fueron de su equipo están haciendo el ridículo. Que si los disidentes van a basar su presencia en el Ayuntamiento en la convocatoria de plenos solo para joder, el pueblo se dará cuenta y se los demandará. Son cosas de pueblo, pero son también un síntoma de entender mal la democracia.