El presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Ignacio González Martín (Santa Cruz de La Palma, 1935), se desmarca del optimismo con que el Gobierno central ve 2013. Evita polemizar si el próximo año vienen brotes verdes o una recesión, pero deja claro que la primera parte del próximo ejercicio será muy complicada para las Islas.

Cabrito y solomillo con vino de la tierra, pero sin abusar, todo comprado en el mercado de Nuestra Señora de África, donde siempre hago las compras.

¿Qué le pedirá a los Reyes?

Trabajo y oportunidades de empleo para los canarios, sin lugar a dudas.

¿Cómo estará Canarias en 2013?

Nos espera un año muy difícil, muy complicado, porque a la crisis empresarial se unen ahora los ajustes del sector público y la reforma del sistema financiero. Todos los analistas están conformes en que el primer semestre será muy duro tanto para el sector empresarial como el público. El segundo ya se verá, ahora no me atrevo a aventurar nada al respecto. Además, los próximos presupuestos no favorecerán la actividad económica, pero esperamos que tanto la reforma financiera como la del mercado laboral den sus primeros frutos en la última parte de 2013.

Hay quien augura brotes verdes y hay quien cree que vendrá una recesión el próximo año.

Hay que ser muy prudentes con esto y hay que hacer los análisis a corto plazo, y a corto plazo está claro que el primer semestre será muy difícil. No dependerá solo de factores canarios ni españoles, sino también externos. No me atrevo a decir que veo brotes verdes ni que la recesión se profundizará. Lo que veo es que en el primer semestre se va a decidir lo que pasará en el segundo.

Los empresarios apoyan el discurso de la austeridad pública a pesar de que los intereses bancarios están por el suelo. ¿No convendría estimular la economía con deuda, como piden los sindicatos?

Exigimos que los presupuestos de la Administración sean una herramienta de política económica y que estimule al sector empresarial. Nos gustaría aumentar la deuda, pero las condiciones europeas no lo permiten, por lo que no divagaremos en situaciones que ahora mismo no son posibles.

¿Al final qué es más importante, el paro o la deuda?

Para nosotros es el paro, nadie está contento con las cifras de desempleo, pero para quienes le debemos dinero es el endeudamiento. No somos independientes y los acreedores están exigiendo condiciones para su devolución y son quienes dictan la única política económica que hay hoy día.

¿Los servicios públicos seguirán siendo públicos o se acabará privatizando la educación y la sanidad?

Los servicios públicos se deben mantener siempre públicos. Lo que se puede privatizar en su caso es la gestión, pero no el servicio. Todos tenemos derecho a una educación y a una sanidad gratuitas. Lo que se puede discutir es quién puede gestionar el servicio de forma más eficiente y ahí hay un debate importante. Hay que analizar ambas opciones con números. Lo importante es tener un sistema que asegure que el usuario reciba la educación y sanidad gratuitas y en mejores condiciones: si esto pasa por privatizar parte de la gestión, bienvenida sea.

¿Qué futuro laboral tiene la juventud de las Islas, que es de las regiones con mayor fracaso escolar del país?

El fracaso escolar es uno de los grandes dramas de nuestra sociedad. En una época, se estimuló por la posibilidad de conseguir trabajo sin cualificación. Ahora eso ha cambiado y esperamos que vaya a menos, pero los que abandonaron la escuela en esa época son el problema. Ahora mismo son los más afectados por el paro.

Por otra parte, las universidades canarias invierten mucho en formar a los jóvenes, de los que buena parte termina por emigrar.

Sin duda, se trata de un empobrecimiento de la sociedad. Nos gastamos mucho en formar a muchas personas que, al final, se los damos a otras comunidades y países gratuitamente. Es un drama.

¿Está la universidad canaria divorciada del mercado laboral?

Tenemos un sistema en el que la educación del emprendimiento es muy débil. No se nos inculca que estamos obligados a aportar valor y generar riqueza. Necesitamos cambiar de paradigmas.

¿Es lógico que los bancos, que están llenos de pisos, dejen en la calle a gente con deudas que no podrán pagar jamás?

Lo que pasa con los desahucios no es lógico ni admisible, pero las normas están así. Hay un problema de cómo cambiar a posteriori unas leyes y condiciones que se habían aceptado, pero hay un clamor social para remediarlo. No debería pasar, nadie debería perder la casa y, encima, terminar debiendo dinero al banco.

La reforma de la Administración lleva años en la agenda política sin producirse. ¿Qué falla?

Falta voluntad política. Pese a su necesidad, no se aborda. Se reformó el mercado laboral y el sistema financiero, pero no se adapta la Administración a la nueva realidad. Hay una inflación normativa que es necesario simplificar.