La orden del 12 de marzo de 1987 que establece las normas fitosanitarias relativas a la importación, exportación y tránsito de vegetales y productos vegetales para Canarias debe ser actualizada pronto porque, entre otros aspectos, restringen la oferta y encarecen las frutas y otros alimentos frescos que vienen de fuera. Así lo creen los importadores e industriales, pero no los productores locales, que ven en la normativa una garantía para sus cultivos.

Los importadores de vegetales y frutas lo tienen claro: productos como el melón, la sandía, la cebolla o los aguacates "desaparecen" del mercado fuera de temporada por culpa de esa norma. De encontrarse, es "a precio de oro".

El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios Importadores y Distribuidores de Productos de Consumo (Adican) de Santa Cruz de Tenerife, Jesús Francisco Gómez, remarca que esta organización no se opone "para nada" a los controles sanitarios y fitosanitarios que la ley establezca. "Al contrario, nos protegen de plagas y otros problemas", insiste.

Pero uno de los importadores critica la norma por "proteccionista" al salvaguardar las producciones canarias en cultivos en los que "ni siquiera hay volumen suficiente" para abastecer el mercado.

El ejemplo es el caso de la cebolla. "Claro que en Canarias se produce, pero no en la cantidad que se demanda en los mercados".

El problema, explica, es que no hay término medio. "Si el producto está incluido entre los prohibidos, pues no se puede traer y punto".

También lamenta que el turismo, que llega a las Islas todo el año, demanda frutas tropicales y otros productos que suben mucho de precio fuera de temporada.

Pero el técnico y responsable de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, Manuel Redondo, no lo ve así.

La norma, explica, no está pensada para regular el ámbito comercial, sino el sanitario. Por eso, es verdad que protege a los cultivos, pero no restringiendo a los que compiten con los que se producen en las Islas, sino limitando los que conllevan el peligro potencial de traer plagas a las Islas.

"Un insecto que es malo para una fruta o vegetal puede perjudicar a muchos otros", justifica, por lo que la orden aclara qué países tienen vetada la entrada de productos.

El Gobierno canario prefiere no cambiarla

El director general de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de Canarias, Pedro Tomás Pino, considera que la orden supone una "barrera" fitosanitaria frente a las plagas del exterior, por lo que ve "básico" mantenerla.

Así responde al temor expresado por los productores locales, que creen que si se revisa "será por la presión del lobby de los importadores", por lo que sospechan que el cambio sería a su favor, y también al argumento de los importadores, que culpan a la normativa de encarecer ciertas importaciones.

"Cualquier modificación que se haga debe contar con la anuencia de todos los agentes del sector", remarca Pino tras el rechazo el viernes pasado por parte de los empresarios de Cecapyme al cambio de otra norma -el AIEM- por encarecer -previsiblemente- algunos productos básicos al subir los tipos impositivos que se les aplican.

Estos empresarios también pusieron el ejemplo de las cebollas, que aumentarían de precio del 5% al 10%. "En Canarias se producen dos meses: el resto del año se pagará un sobreprecio por importarlas".

Pino alerta de que el Ejecutivo regional ya comunicó al Estado -competente para tramitar la eventual modificación- que la orden "no debería tocarse salvo alguna actualización, pero debe respetarse su filosofía" y deja claro que la orden "no impide" las importaciones, sino que las regula.

En la misma línea opina el senador por El Hierro, Narvay Quintero, que apuesta por aumentar los inspectores en las aduanas, así como incrementar la gravedad del incumplimiento de la orden para salvaguardar el producto local.