Canarias celebra hoy su día. Una jornada en la que se conmemora la constitución del primer Parlamento regional, emanado de las también primeras elecciones autonómicas celebradas en mayo de 1983. Y lo hace sumida en una profunda crisis económica y social, a la que el Gobierno de Paulino Rivero no ha sido capaz de hacer frente. Es más, entre los canarios se extiende la idea de que, por un lado, el jefe del Ejecutivo es corresponsable de la situación actual, y, por otro, que hoy, 30 de mayo, hay muy poco que celebrar.

Durante los dos años en los que Rivero ha estado al frente del Gobierno regional, con los socialistas como apoyo, la situación de las Islas se ha deteriorado de tal manera que es difícil encontrar un dato positivo, un dato que llame al optimismo.

Bien es verdad que el segundo mandato de Rivero se ha desarrollado en un periodo en el que los indicadores han sido, en general, poco favorables. Sin embargo, tampoco ha sabido aprovechar los aspectos positivos que, derivados de la situación del Archipiélago, podían haber aportado luz a un futuro que se antoja cada vez más oscuro.

Aumento del paro, deterioro de los principales servicios públicos, incremento de la pobreza y enfrentamiento con el Estado han sido algunos de los aspectos que han venido marcando el día a día de un Gobierno que se ha visto superado por los acontecimientos.

Solo el imparable aumento de las tasas de paro son para poner en duda la gestión del gabinete de Rivero. Muestra de ello es que en menos de dos años ya ha habido dos consejeras del ramo y tres directores del Servicio Canario de Empleo (SCE).

En abril, el desempleo alcanzó en las Islas una tasa del 34,3%, según los datos que arrojó la Encuesta de Población Activa (EPA). Solo eran la punta del iceberg, porque lo más grave estaba detrás: el 45% de los desempleados canarios carecía en abril de cualquier tipo de ingreso.

No es de extrañar que los principales sindicatos amenazaran con una huelga general en el Archipiélago.

Pero el asunto no ha quedado ahí. La pasada semana, Cáritas Diocesana decidió llevar a la calle su reivindicación ante el recorte de las ayudas, entre otras administraciones, del Gobierno canario, mientras sigue aumentando de manera alarmante la tasa de pobreza en las Islas. Según la ONG, el 40% de los canarios son pobres.