El presidente canario, Paulino Rivero, ha pedido al Estado que una regulación "restrictiva" de los permisos de residencia y trabajo para extranjeros porque, argumenta, Canarias ha registrado un aumento de población "desmedido" y no hay recursos para afrontar este crecimiento.

Paulino Rivero afirma hoy en su "blog" que esta propuesta coincide con la iniciativa presentada por los grupos parlamentarios que apoyan al Gobierno de Canarias -CC y PSC- para solicitar al Gobierno central que cambie la regulación de ambos permisos para personas procedentes de países extracomunitarios.

De esta forma, añade el presidente, los canarios ejercitan una facultad recogida en el Estatuto de Autonomía que permite a la Comunidad Autónoma elevar propuestas al Estado en materia de residencia y trabajo de extranjeros para demandar que se adopten medidas que ayuden a modular el crecimiento poblacional en las islas.

Este crecimiento es "sin duda alguna" uno de los factores que condicionan en las últimas décadas el desarrollo socioeconómico de Canarias con efectos tanto en la prestación de los servicios públicos como en la evolución del mercado laboral, agrega.

Precisa Paulino Rivero que en apenas veinte años la población canaria ha crecido en casi medio millón de personas y puntualiza que no están en discusión las bondades que en muchos los aspectos la inmigración representa, como tampoco lo está la contribución que hacen quienes llegan a las islas procedentes de otros lugares.

"Tampoco genera dudas el carácter integrador de los canarios. Somos cruce de caminos, y sabemos lo que significa empezar de nuevo lejos de casa. Ahora bien, el sentido común y la responsabilidad han invitado, invitan e invitarán a una reflexión sobre la necesidad de articular mecanismos que modulen el crecimiento poblacional", explica.

Rivero pide "reabrir este debate" porque el archipiélago no puede crecer demográficamente de manera indefinida, ya que no hay recursos ni servicios públicos capaces de afrontar un crecimiento excesivo.

Afirma que la capacidad de carga del territorio es finita y los servicios que se prestarían a la comunidad no podrían responder al principio de cohesión social, que "es santo y seña para este Gobierno".

Este hecho "es especialmente delicado ahora, en un momento de profunda crisis en el que escasean los puestos de trabajo", detalla Rivero, para quien "paradójicamente y en contra de lo que pudiera pensarse en un principio", la situación económica no ha desanimado la llegada de foráneos a las islas.

Por eso cualquier decisión que se tome en la línea de atenuar la incorporación de población activa contribuirá en alguna medida a rebajar las cifras del paro y permitirá que esos puestos de trabajo que se crean en el archipiélago "sean para canarios -nacidos en las islas o los que aquí residen", indica.