La gestión del ente público de la radio y la televisión públicas de Canarias es un desastre. Incluso, quizá más que un simple desastre. Podría acarrear, para la Audiencia de Cuentas, "responsabilidades contables" durante el período 2007-2011, todo un varapalo a su director general, Guillermo García.

En un completo informe sobre la actuación de García, hombre de la máxima confianza del presidente Paulinop Rivero, la Audiencia apunta a numerosas irregularidades en los contratos, como por ejemplo la ausencia de documentación que justifique el porqué de las adjudicaciones que se han realizado con dinero público.