El deterioro que ha sufrido en los últimos años la situación social y económica de los canarios no se refleja solo en las cifras de paro, precariedad laboral o escasez material. Hay otros aspectos que pasan más desapercibidos, pero que ayudan a comprender mejor el malestar social que parece haberse instalado en las Islas en estos últimos años.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó hace unos días la Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente al año 2012. En ella, además de la evidencia de que Canarias presenta el mayor riesgo de pobreza y exclusión social de todo el país, se recoge un llamativo empeoramiento de la proporción de hogares que sufren problemas en la vivienda y en su entorno, tales como contaminación, ruidos, delincuencia o vandalismo y falta de luz natural.

El Archipiélago registra el mayor porcentaje de hogares que padecen problemas relacionados con la contaminación y el medio ambiente -un 14,2%- y con la escasez de luz natural en la vivienda -un 9,3%-, mientras que se sitúa en tercer lugar en los inconvenientes producidos por los ruidos producidos por vecinos o procedentes del exterior -un 19%, solo por detrás de Valencia y de la ciudad autónoma de Ceuta- y de la delincuencia o el vandalismo -un 15,7%, a continuación de Cataluña y también de Ceuta.

Por contra, la proporción de hogares que no constatan ningún problema es la segunda más baja del país -un 64,5%-, solo por encima de la que registra, una vez más, Ceuta.

En realidad, los números son considerablemente mejores que los que se daban hace apenas nueve años. En 2004 -momento en el que arrancan los datos de la encuesta-, hasta el 28% de los canarios afrontaba problemas de ruidos en sus hogares, y los que decían convivir con la delincuencia o el gamberrismo superaban el 25%, en tanto que los que afirmaban no encontrar ningún tipo de problema no llegaban ni a la mitad de los consultados (un 46,6%).

Lo que ocurre es que, desde 2010, las Islas se han desviado de la línea de progreso que seguían estos indicadores y que ha sido prácticamente general en el conjunto de España. De hecho, es la única región que ha empeorado en todos los aspectos analizados durante los tres últimos ejercicios. En cuanto a la proporción de hogares sin problemas, solo La Rioja experimenta la misma evolución negativa en las tres últimas encuestas.

Pequeñas diferencias por nacionalidades

La Encuesta de Condiciones de Vida muestra pequeñas diferencias en la distribución por nacionalidades de los hogares que afrontan algún tipo de problemas en su vivienda o su entorno. Así, los datos -que en este aspecto no están desglosados por regiones- señalan que el mayor porcentaje de familias que no detectan ningún inconveniente corresponde a hogares formados por ciudadanos españoles, casi un 75%, aunque seguidos muy de cerca por los extranjeros de fuera de la Unión Europea (un 74,6%).

Respecto a los ruidos, son los ciudadanos de la UE los que detectan mayores problemas, un 18,1% del total, mientras que un 16,7% de los hogares constituidos por no comunitarios expresan la misma percepción, frente al 14,3% de los españoles.

En cuanto a la contaminación, y aunque las diferencias son insignificantes, los hogares de extranjeros presentan los mayores problemas: un 8,1% de los comunitarios y un 7,9% de los de fuera de la UE, frente al 7,8% de los nacionales.

Por contra, hay más hogares de españoles que perciben problemas de delincuencia. Un 10,3% lo hace, una proporción que en el caso de los europeos de la Unión se cifra en el 8,6% y en el de los no comunitarios en el 5,8%.