Las universidades canarias respiran con alivio por primera vez desde que se convirtieron en víctimas propiciatorias de los ajustes presupuestarios. Siguen sin ser momentos para grandes alegrías, pero el hecho de que no haya habido un recorte adicional de recursos durante el año y de que los presupuestos autonómicos de 2014 hayan mostrado cierta benevolencia con ellas permite a las instituciones académicas afrontar este curso con mayor tranquilidad. A Eduardo Doménech, rector de la Universidad de La Laguna (ULL), se le nota.

¿Se disipa la amenaza de los despidos que pendía sobre la ULL?

Por completo. No habrá recortes de personal. De hecho, estamos evaluando las necesidades de los departamentos y, en los casos en que se supere la carga docente, intentaremos contratar. Eso sí, no lo haremos en las condiciones ideales. Mientras no cambie la legislación solo podemos contratar profesores asociados.

¿Qué áreas o departamentos tienen las mayores necesidades?

Este curso hemos tenido bastantes problemas en Derecho y también en Filología Inglesa.

¿Les ha convocado ya el Gobierno para negociar el contrato-programa?

Sí. Ha habido una primera reunión exploratoria entre las dos universidades y el director general de Universidades. Hemos pedido que la Consejería de Educación nos diga cuánto dinero va a haber para objetivos e infraestructuras. Si solo contemplara dinero para las necesidades básicas no sería un contrato-programa. La Consejería se comprometió a trasladar la pregunta a la de Hacienda y estamos pendientes de una contestación.

¿Ni siquiera les han garantizado que habrá algo de dinero para objetivos e infraestructuras?

No, pero el director general dijo que le parecía muy razonable lo que planteábamos. También dijimos que si eso no era posible, nosotros seguiremos apostando por una ley de financiación de las universidades.

¿No han renunciado a esa idea?

No.

¿El hecho de que la Universidad de Las Palmas no la comparta no resta posibilidades de que se satisfaga la demanda de la ULL?

Imagino que sí. Si una universidad quiere y la otra no, y si además una ley aprobada por el Parlamento comprometería las propias decisiones del Gobierno, el consejero de Educación lo tiene fácil y probablemente respondería que no.

¿Por qué cree que la ULPGC no defiende la idea?

No nos han explicado los motivos por los que no se han manifestado de una forma clara a favor de una ley de financiación. Sí han dicho que en una época de crisis podría salir una ley muy condicionada por las dificultades económicas y que luego sería más complicado cambiar. Es una opinión válida, pero lo que nosotros pedimos es una ley que garantice el funcionamiento de las universidades, con unos criterios que estén en función de unos indicadores y que puedan revisarse. En este caso, además, la ULPGC no ha contestado aún a la petición que hicimos en la reunión con la Consejería.

¿Han comenzado ya las conversaciones con los sindicatos para modificar los criterios para acceder a los complementos salariales por docencia?

Se ha valorado una propuesta por parte del Consejo de Dirección que se trasladará a los representantes de los trabajadores y luego empezará la negociación.

¿La idea continúa siendo, entre otras, tener en cuenta la evaluación que hacen los alumnos de sus profesores?

No solo esa. Tomamos como base el Docentia (el programa mediante el que se evalúa al profesorado), pero la opinión de los alumnos siempre se considerará.

¿Cómo marchan las obras de la nueva Facultad de Bellas Artes?

Estarán finalizadas antes de final de año o muy poco después. Pasar de un facultad pequeña a una muy grande tiene también sus problemas. Hay que ampliar los contratos de limpieza, dotar el centro de mobiliario... El decano había propuesto que una parte del alumnado se trasladara a la nueva facultad en el segundo cuatrimestre de este curso, pero el gasto que supone mantener dos centros abiertos aconseja que el traslado se haga de una sola vez a principios del próximo curso.

El consejero de Educación ha dicho que las universidades recibirán el dinero para las infraestructuras que tienen pendientes y algo más. ¿Existe la posibilidad de acometer alguna obra el año que viene más allá de las de mantenimiento?

A diferencia de años anteriores, este año no nos hemos reunido con el consejero, pero el director general de Universidades, ante nuestra petición reiterada de una partida para obras, nos ha trasladado que por el momento no hay recursos, pero que podría ocurrir que, si la situación económica evolucionara bien, hubiese una modificación presupuestaria. Pero no se nos han dado garantías de que será así.

La normativa de permanencia ha generado mucha polémica entre los estudiantes. ¿Es poco flexible, en especial en lo que se refiere a las condiciones para ser alumno a tiempo parcial?

El problema es que nos encontramos con la economía sumergida. Si un alumno trabaja tiene derecho a acogerse al tiempo parcial -entre otras condiciones-, pero lo que nos dicen algunos estudiantes es que lo hacen sin contrato. No dudamos de que sea así, pero no tenemos forma de acreditarlo. Por otra parte, hay algunos alumnos que quieren matricularse de muy pocos créditos. Es muy difícil flexibilizar la norma hasta el extremo de permitir inscribirse solo en dos o tres asignaturas. No obstante, estamos barajando horquillas que trasladaremos al Consejo Social para hacerla más flexible, no tanto por abajo, que afecta a pocos casos, como por arriba, porque nos hemos encontrado con que hay cursos prácticos que son bloques de muchos créditos que sobrepasan los establecidos para un curso normal. También queremos que se rebaje el porcentaje de exigencia para las ingenierías. Son propuestas que están encima de la mesa y que estudiará el Consejo Social, que es quien debe decidir.

¿Corre peligro alguna titulación por falta de alumnos?

No mientras no cambie la normativa del Gobierno de Canarias, porque en prácticamente todas estamos por encima de los 50 matriculados, y en algún caso en que no es así se trata de estudios que no se imparten en Las Palmas, lo que obligaría a trasladarse a la Península para cursarlos.

Cambios en el gobierno

Cuando anunció el proceso de reestructuración de centros y departamentos, actualmente en marcha, Eduardo Doménech se comprometió a reducir también su equipo de gobierno. Aún no lo ha hecho, aunque sí ha cesado la vicerrectora de Infraestructuras para representar a la ULL en la Fundación CajaCanarias. Habrá que esperar al último Consejo de Gobierno del año para que se complete esta remodelación. De diez vicerrectorados se pasará a ocho y, además, se eliminarán varios directores de secretariado. En cuanto a la nueva estructura de centros y departamentos, el rector confía en que sea aprobada por el Ejecutivo regional hacia marzo o abril del próximo año.

La ULL no sale bien parada en los distintos estudios que miden la transparencia de las universidades. Doménech defiende que en el último año se ha mejorado en este aspecto y que en el próximo seguirá haciéndolo, al tiempo que adelanta varias medidas en este sentido: publicación de la tabla de retribuciones del personal, rediseño de la página web para hacerla más accesible y publicación de los datos de éxito, fracaso y abandono de todas las titulaciones. "Cumpliremos con creces con las exigencias que se nos plantean", asevera el máximo dirigente de la Universidad de La Laguna.