La primera filmación que se ha hecho del volcán submarino de El Hierro desde la base hasta la cima, dos años después de su nacimiento, muestra especies que tienen un crecimiento lento, por lo que no pueden ser nuevos colonizadores, sino que son supervivientes, según el Instituto Español de Oceanografía (IEO).

Esta filmación se ha llevado a cabo gracias al proyecto Vulcano que dirige el Instituto Español de Oceanografía, y el objetivo es caracterizar la variabilidad espacio temporal de las propiedades físico-químicas, geológicas y biológicas de toda la periferia de la isla de El Hierro desde superficie hasta los primeros 2.000 metros de la columna de agua.

Durante la campaña, a bordo del buque oceanográfico Ángeles Alvariño y gracias a un vehículo submarino remolcado equipado con cámaras de alta definición, se ha filmado el volcán desde su base hasta su cima.

El IEO indica en un comunicado que las primeras imágenes que se observan en el vídeo se corresponden a la zona más profunda y alejada de la erupción, donde se han acumulado grandes cantidades de material volcánico muy fino, principalmente ceniza (partículas de menos de 2 milímetros) y lapilli (fragmentos de entre 2 y 64 milímetros).

Sobre el sustrato más estable, en esta zona se encuentran organismos sésiles (que viven adheridos al sustrato) como gorgonias, corales y esponjas, y que son especies con un crecimiento muy lento y, por tanto, no pueden ser nuevos colonizadores, sino que son supervivientes a la erupción, añade el IEO.

A medida que se asciende por la ladera del volcán se encuentran diversas morfologías, y la inestabilidad del material volcánico, junto a la fuerte pendiente, han provocado grandes derrumbes.

Durante el ascenso en el paisaje se alternan zonas abruptas, donde se acumulan grandes fragmentos, denominados bombas volcánicas, con áreas arrasadas por los derrumbes, en las cuales predominan materiales finos.

El IEO señala que son las zonas acantiladas y de acumulación de grandes fragmentos las preferidas para multitud de crustáceos decápodos y de diferentes especies de peces, las cuales encuentran en los nuevos materiales un refugio perfecto.

Observando al detalle las rocas, es posible ver sus primeros colonizadores, principalmente moluscos bivalvos y poliquetos (un tipo de anélidos de aspecto parecido a los gusanos), que se fijan al sustrato y se alimentan filtrando el agua que el volcán ha cargado de nutrientes.

El Instituto Español de Oceanografía dice que cerca del cono principal se hace más evidente la influencia de las emisiones de sustancias químicas -que aún persisten-, mostrando un fondo muy colorido.