El oficialismo celebra su triunfo municipal en Venezuela y la oposición también. La Mesa de la Unidad Democrática ganó en las grandes ciudades, incluida Barinas, pueblo natal de Chávez, lo que ha caído como un tiro a los chavistas. Ganó la oposición en la Gran Caracas, en Maracaibo, en Barquisimeto, en San Cristóbal, en Valencia, en Mérida; ganó el oficialismo en los pueblos pequeños y en algún municipio de Caracas. s verdad que la diferencia de sufragios a su favor fue grande, pero la MUD conserva su influencia en las grandes ciudades, y esto es importante.

Al margen del resultado, Venezuela es un país con un 50% de inflación -la mayor de Latinoamérica- y sin rumbo económico. No hay futuro para una economía subsidiada, petróleodependiente y alocada, donde nadie parece querer que se imponga la sensatez. Maduro está, por otra parte, entregado a los Castro. Y en los cuarteles se empieza a odiar a los agentes cubanos que controlan a la milicia bolivariana. mpieza un susurro de malestar. Muchos canarios, por otra parte, comienzan a regresar a las Islas, sin billete de vuelta. Ya no aguantan más. Hemos hablado con empresarios isleños que forjaron sus fortunas e hicieron sus familias en el gran país venezolano y que regresan, a causa sobre todo de la inseguridad. Varios de nuestros compatriotas han sido últimamente atracados y desposeídos de sus tierras, cuando no asesinados y abandonados en cualquier cuneta.

A Maduro no le interesa solucionar los problemas de orden público, que acabarán precipitándolo a él mismo al vacío. Cuanto más tiempo pase más dura será la caída. l chavismo es un movimiento a extinguir porque los que quedan no tienen fundamento para gobernar un país. Chávez tenía carisma; este ni siquiera tiene eso: ni estudios ni preparación intelectual, no dice sino sandeces y no hace discursos sino que vomita soflamas, que son las que su gente quiere oír.

n fin, triunfo, sí, pero ¿de qué le vale? Pudo ser un plebiscito para el gobernante, pero ¿hasta cuándo? ¿Qué soluciones tiene este hombre para su país?