El Servicio de Epidemiología y Prevención de Salud Pública investiga diez casos de personas que podrían estar afectadas de intoxicación por ciguatera por el consumo de pescado en San Bartolomé de Lanzarote, según ha informado este jueves la Consejería de Sanidad.

Ninguno de los afectados por esta toxiinfección ha precisado ingreso hospitalario, aunque algunos fueron atendidos en servicios de urgencias, según el comunicado de la Consejería, que precisa que todos ellos presentan un cuadro leve y se encuentran en sus domicilios.

Los afectados han presentado síntomas digestivos (vómitos, diarreas y dolor abdominal) y, posteriormente, parestesias, sensación térmica paradójica y mialgias, señala la Consejería.

Así mismo, destaca que los servicios de inspección del Área de Salud de Lanzarote y los epidemiólogos de la Dirección General de Salud Pública ha localizado en pocas horas el pescado adquirido en un establecimiento de la localidad lanzaroteña.

Según la Consejería, desde 2011 se está llevando un control en los puntos de primera venta de pescado por parte de la Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias y el Instituto Universitario de Sanidad Animal (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

La presencia de esta toxina tiene mayor incidencia en las islas de Fuerteventura, Lanzarote y El Hierro, siendo la talla a partir de 40 kilogramos cuando hay más probabilidades de capturar una pieza con toxina, indica la nota, que añade que con este control que se está llevando en los puntos de primera venta se logra una segura comercialización de estas especies.

La nota recuerda que la ciguatera es propia de mares tropicales y subtropicales, y prolifera en zonas de arrecifes coralinos y que su intoxicación puede producirse tras la ingesta de cualquiera de las más de 400 especies de peces de los arrecifes tropicales, donde un microorganismo del plancton (un dinoflagelado) produce la ciguatoxina, que es ingerida y se acumula en la carne del animal marino.

Los peces más grandes, de más edad, son más tóxicos, si bien el sabor del pez no se altera, y no se conoce ningún método de congelación o cocción que proteja de la intoxicación, informa la Consejería, al tiempo que indica que los síntomas aparecen de una a varias horas después de la ingesta y que el cuadro característico dura alrededor de 8 días.