Milagros Font es la delegada para Canarias de Médicos Sin Fronteras, organización a la que pertenece desde 1994. Estuvo recientemente en Tenerife para anunciar la campaña "Ser humano salva vidas". Font explicó el objeto de la iniciativa: "El mensaje central es que lo único que puede salvar a un ser humano es otro ser humano. Apelamos a las personas que quieren ayudar a otras personas cuando atraviesan situaciones extremadamente difíciles".

"Los fondos -añade- se recaudarán vía SMS y a través de la web www.msf.es/serhumano. Mediante un formato de crowdfunding se puede contribuir a cuatro causas específicas. Un contador registra las donaciones recibidas, que se traducen en tratamientos y en vidas salvadas. Las aportaciones también se pueden hacer enviando un SMS con el texto SOY HUMANO al 28033 mediante el que se donará 1,20 euros a las cuatro causas".

Esas cuatro líneas de cooperación son "lucha contra la desnutrición infantil, tratamiento de la malaria, ayuda médica a las víctimas del conflicto de Siria y atención de emergencia a los damnificados por el tifón en Filipinas. Con esta campaña queremos salvar 100.000 vidas de seres humanos que padecen enfermedades fácilmente tratables".

Serán tres los trabajadores canarios que ejercerán de portavoces de la campaña en su tierra. Serán los tinerfeños Carlos González, Dani Redondo, médico de familia que realiza su tarea en el Hierro y el psicólogo Maikel Lima.

"La campaña pone de relieve y en valor la ayuda directa de persona a persona que puede suponer la única diferencia entre la muerte y una segunda oportunidad para la vida. La vocación de Médicos Sin Fronteras es llegar donde nadie más lo hace. Se trata de médicos, enfermeros, logistas, psicólogos, coordinadores y administradores que atienden a las personas desde la cercanía. No sólo administran vacunas, dispensan medicamentos o realizan intervenciones quirúrgicas, sino que facilitan apoyo, dignidad y fuerza a personas que pasan por los peores momentos de su vida".

La campaña de 2011 de la ONG sobre el uso racional de fármacos contó con rostros conocidos como el del genio del cine, ya fallecido, Luis García Berlanga. "Esta vez, apunta Font, pensamos que los trabajadores humanitarios son los mejores portavoces para hablar de esas realidades en las que trabajamos como testigos cercanos. El apoyo de personas conocidas es siempre bienvenido, pero en este caso hemos priorizado a nuestros propios trabajadores como portavoces".

Cuestionada sobre si los profesionales sanitarios canarios son más o menos solidarios que los del resto del país, respondió: "Canarias apoya a Médicos Sin Fronteras con profesionales y a través de más de 8.500 socios en ambas provincias. Entre los primeros, sí que el número es menor que la media, pero no creo que sea tanto por una falta de solidaridad sino quizás de información. Esperamos que esta campaña ayude a que se nos conozca mejor y a que más gente quiera unirse a nuestra labor".

Respecto al posible cansancio por seguir adelante cuando no se aprecian resultados tangibles señaló: "Si hay algo de lo que me siento orgullosa en esta organización es de no dejar de intentar mejorar las cosas. Es cierto que en alguno de los proyectos te preguntas si el trabajo que hacemos sirve, y en ese sentido no hay más que pensar en las personas a las que se ha asistido y siguen vivas; ellas son la mejor razón para continuar trabajando. Además hay proyectos como los de desnutrición en los que los resultados se ven casi de inmediato. Nuestro impacto en las causas no lo buscamos proponiendo una solución, sino exponiendo al mundo el problema, buscamos explícitamente llamar la atención".

Milagros analizó el peligro de los secuestros en zonas en conflicto y especificó los puntos de mayor riesgo actualmente en el mundo: "El trabajo de los profesionales humanitarios en conflictos armados tiene riesgos. En cada país y en cada situación hacemos la valoración entre el impacto que buscamos y el riesgo que asumimos. En cualquier caso, los trabajadores humanitarios estamos obligados a explicar de una manera entendible nuestro mensaje, y a trabajar en la más estricta neutralidad e imparcialidad, por muy incómodas que éstas sean, incluso para la opinión pública de nuestras sociedades. Y a los actores implicados en los conflictos, debemos exigirles el respeto sin condiciones del Derecho Internacional Humanitario, y en especial el respeto de la misión médica".

"Siria es sin duda uno de los conflictos actuales con más dificultades para acceder a las poblaciones que lo necesitan", señaló Font quien valoró: "Marcada por una violencia extrema, la guerra se ha cobrado más de 120.000 vidas, según Naciones Unidas, y ha causado más de 6 millones de refugiados y desplazados. La población siria se enfrenta a una crisis humanitaria de proporciones catastróficas".

En relación a lo anterior, explicó cómo se prepara psicológicamente a los cooperantes: "El proceso de reclutamiento en MSF incluye formaciones específicas dependiendo del país en el que se vaya a trabajar; entre ellas se incluyen estos aspectos psicosociales. Asimismo contamos con profesionales que apoyan a los equipos que han pasado por alguna situación extrema en sus proyectos".

Mila finalizó con una reflexión: "Además de los conflictos y desastres que se ven por televisión hay muchos otros de los que también queremos hablar y para los que necesitamos apoyo. Continuamos pensando que la doble misión que nos caracteriza es importante: asistir a las poblaciones en situaciones precarias e informar y dar testimonio sobre estas realidades".

La ONG más respetada después de cuarenta años

Médicos Sin Fronteras cumplió cuarenta años en 2012. Al respecto, Milagros, Mila como la conocen sus allegados, fue rotunda en una anterior visita a la isla en marzo del año pasado: "Somos como una tirita para los enormes problemas que tiene el mundo".

La ONG nació en Francia en 1971 de la mano de un grupo de médicos y periodistas a raíz de la catástrofe humanitaria que supuso la guerra en la región nigeriana de Biafra. La filial española surgió en 1986.

MSF trabaja en 65 países, sobre todo en los que hay conflictos armados, o aquellos en los que las estructuras de salud son muy precarias. "En MSF continuamos recibiendo mucho apoyo de la sociedad", apostilló Mila para concluir: "Más del 90% de nuestros fondos provienen de fuentes privadas. Y no se han visto reducidos en estos momentos de crisis".