Francesc Homs, consejero de Presidencia y Portavoz de la Generalitat de Cataluña, defendió esta semana en Tenerife -el mismo día que Paulino Rivero, jefe del Ejecutivo regional, se reunía con Mariano Rajoy en Madrid- el proceso soberanista iniciado por el Gobierno al que pertenece. Remarca que el Partido Popular "pone trabas a todo" y subraya que puede haber razones en Canarias para que exista una desafección hacia el Estado.

¿Por qué está tan seguro de que el Gobierno de España no suspenderá la autonomía catalana?

¿Cómo podría argumentar el Gobierno de España que suspende una autonomía, con todo lo que implica, porque resulta que lo que se plantea es poder votar? Podría entender que se suspende la autonomía porque se hacen cosas en contra de la convivencia, de la democracia o de los valores fundamentales, pero cuando alguien pretende en el ejercicio de la democracia el poder votar...

¿Se han planteado qué harían si el resultado de la consulta es un "no" a sus pretensiones?

Cuando se tienen convicciones demócratas hay que aceptar el resultado de lo que decida el pueblo, que es lo que nosotros proponemos. Lo que no es aceptable y menos recomendable es imponer soluciones que la mayoría de un pueblo no quiere. Esto está en las antípodas de una democracia. (...) Entender que los problemas en una sociedad moderna se resuelven votando y que el votar es la forma colectiva que tenemos de garantizar la cohesión y la posición de todos es esencial. Es eso lo que defendemos desde Cataluña.

¿Se podría hablar de fracaso de su gobierno si se impone el no? ¿Conllevaría una disolución de ese ejecutivo?

Ni idea. El Gobierno al que pertenezco es el de la consulta, por tanto si hubiera consulta habremos cumplido nuestro principal propósito, que era que en Cataluña se pudiera votar y con conocimiento de causa.

El Gobierno del PP está poniendo todas las trabas posibles a esa consulta. ¿Con un gobierno socialista hubiese sido más fácil sacar adelante esta propuesta?

No lo sé. El Gobierno del PP pone trabas a todo, desde la gestión de las competencias que hasta ahora habían sido menos polémicas, hasta un principio democrático como es el de querer votar. Les pediría un poco más de serenidad y de convicción democrática. España es un país democrático y los problemas de este calado requieren dilucidarse mediante una votación. No sé si el PSOE hubiera respondido de manera distinta. Lo hizo en cuanto al tema del Estatut, en su momento, pero ahora nos tienen a todos un poco confundidos con una propuesta de reforma de la Constitución que no sabemos en qué se concretaría.

Precisamente, el planteamiento que hace su gobierno ha generado una fuerte división en el PSOE catalán. ¿La vía del federalismo que plantean los socialistas no les parece suficiente?

El problema no es que sea suficiente o insuficiente. Cataluña lleva décadas intentando encontrar su encaje en el marco del Estado español, ha hecho muchos intentos. El problema que tenemos es que el Estado español no nos acepta como somos. Y si resulta que el balance después de 30 años de autogobierno es que ni en Cataluña ni en Canarias podemos decidir hoy los horarios de los comercios, ya me dirá qué autonomía tenemos. Hay una gran contradicción en relación al estado autonómico, porque el Gobierno de España está haciendo una auténtica involución. Por tanto no sé cómo se puede plantear un modelo de tipo federal cuando estamos avanzando hacia un estado centralizado en todos los ámbitos.

La Unión Europea ha amenazado con no reconocer el futuro Estado catalán. ¿Está presionando el Gobierno español para que esto sea así?

Estamos a las puertas de cambios en las responsabilidades de la Comisión Europea y es razonable que las personas que tienen aspiraciones en estos cambios estén más pendientes de lo que diga el Gobierno de España que de las soluciones que darían las instituciones europeas.

O sea, que las elecciones europeas despistan.

Las instituciones europeas han estado en contra de todos los procesos de independencia que ha habido en Europa en estos últimos 20 años. Estuvieron en contra de la separación de República Checa y Eslovaquia, de la disgregación de Yugoslavia, de la aparición de nuevas repúblicas bálticas... ¿Y qué ha pasado luego? Que todos esos países, cada uno a través de sus mecanismos y sus situaciones han llegado a la independencia. El último en incorporarse ha sido Croacia. Es decir, la UE es al final un proyecto colectivo de suma, por tanto es inconcebible que se explique a base de expulsar a una gente, que somos los catalanes, que siempre hemos tenido compromiso con Europa, que somos aportadores netos en términos económicos y que, además, estamos haciendo un proceso escrupulosamente democrático.

¿Con este debate no están contribuyendo a que no se hable de la crisis?

No. Los efectos de la crisis se notan en la calle, y de qué manera. A veces hay una perspectiva de algunos medios y algunos políticos en pensar que los ciudadanos no tienen sentido crítico. Y la sociedad española, en estos últimos 30 años, ha madurado y nos da lecciones cada día de ello. La gente distingue una cosa de otra, y no le puedes hacer pasar con disimulos. Lo que plantea Cataluña es parte de la solución de la crisis económica. Es de un gran cinismo decir que tenemos que concentrarnos en salir de la crisis cuando no nos dejan los instrumentos para salir de ella.

¿Percibe la recuperación económica de la que presume el Gobierno de España?

Hay datos macroeconómicos que indican una posible recuperación, pero esto no ha llegado a la calle. También hubo datos en 2007-2008 que indicaban que entrábamos en una gran crisis y como aún no habían llegado a la calle permitió a José Luis Rodríguez Zapatero decir que la crisis no existía.

El presidente canario, en sendas cartas enviadas al rey y al presidente del Gobierno español, alertaba de una supuesta desafección de los canarios hacia el Estado. ¿Ve similitudes entre el caso canario y el catalán?

A veces hacemos un debate excesivamente jurídico. El problema que tiene España es que le falta proyecto y confianza. Y esta es una cosa muy de Madrid. Hay una evidencia muy cerrada en sí misma de la capital de España. Y algunos confunden que España es Madrid y Madrid es España y se acabó. Y lo que se mal denomina periferia, que está más acostumbrada a arreglárselas con lo que tiene a su alcance, es quien está empezando a levantar la cabeza antes que Madrid. (...) En estos momentos, la relación es de desconfianza. El centro, la capital, los poderes del Estado tienen una mirada constante de desconfianza hacia todo aquello que no es centro y Estado, hacia lo que es periferia. Creo, por tanto, que hay razones suficientes para hacer un análisis de que hay una cierta desafección.

¿Qué vías puede tener el Archipiélago para una autodeterminación?

No sé si para una autodeterminación. Será para aquello que los canarios decidan. Los canarios tienen una gran suerte, y es que la singularidad de Canarias resulta muy evidente. Además, tienen la suerte de que sobre Canarias no hay estos recelos tan intensos que a veces hay de Madrid en relación a los catalanes. A veces tengo la sensación de que tienen la ventaja de que el centralismo tiene menos prejuicios en relación a Canarias que a Cataluña. Por eso mi pronóstico es que las Islas Canarias tienen una gran oportunidad estos próximos tiempos, porque el Estado español está muy débil, y reacciona mal, en lugar de reforzarse. Lo que sí es importante es tener conciencia de que tienen esta oportunidad y de que serán ustedes los que construirán su futuro. Al fin y al cabo, el mundo está globalizado, es de todos. Si hay proyecto, las cosas tiran para delante, y esto depende de los canarios.

Se lo pregunto porque en Canarias el movimiento independentista ha rechazado siempre la vía del referéndum, ha apostado más por la descolonización.

Cada uno tiene sus vías y sus posibilidades. Creo que en el siglo XXI, de una forma u otra, lo que es la expresión directa de la ciudadanía es imprescindible. No puede haber proceso de estas características que no pase por las urnas de una manera u otra.

¿Ya se conoce el sistema electoral que se utilizará en la consulta?

Dependerá del marco legal que se utilice. Una vía es la que establece la Ley Orgánica sobre regulación de las distintas modalidades de referéndum. Otra sería lo que prevé el Estatuto de Cataluña, que dice textualmente que "la Generalitat tiene competencias exclusivas para hacer consultas populares". Y estamos haciendo una ley en el Parlament para dar contenido a esta competencia.

¿Puede sacar Rivero algún compromiso de su encuentro con Rajoy?

Le deseo que tenga éxito, porque el pueblo canario se lo merece. Pero mi experiencia me dice que con el señor Rajoy encuentras muy buenas palabras pero poco compromiso concreto.