El presidente de Canarias, Paulino Rivero, ha matizado hoy sus declaraciones sobre el número de pacientes con alta médica que siguen en los hospitales, para precisar que no culpa de ello "a las familias", porque está seguro de que "nadie quiere tener a un pariente hospitalizado".

Paulino Rivero manifestó ayer a la cadena Ser que más de 400 personas siguen hospitalizadas en Canarias, a pesar de haber recibido ya el alta médica, "porque sus familias no los recogen", algo que relacionó con una "cuestión cultural".

En declaraciones a Efe, el presidente canario ha explicado que solo pretendía "poner sobre la mesa unos datos que hablan de una situación especialmente sensible y que evidencia la necesidad de seguir volcados con los servicios públicos", servicios que su Gobierno, recalca, "va a defender contra viento y marea".

"Es una situación que a todos nos afecta y que entre todos debemos reconducir. Todos, el Gobierno el primero, debemos seguir multiplicando esfuerzos para solucionar este tipo de circunstancias. En ningún caso he culpado a las familias, porque estoy seguro de que nadie quiere tener a un pariente hospitalizado", ha señalado.

Rivero sostiene que, "por el bien de todos los usuarios de la sanidad pública canaria", es necesario "estudiar sosegadamente cómo afrontar esa situación sin que nadie se vea perjudicado".

"Nuestra sociedad vive tiempos difíciles con necesidades nuevas y tenemos el reto de, entre todos, decidir cómo resolverlas", ha añadido el presidente de la comunidad autónoma.

El Servicio Canario de la Salud ha confirmado hoy que 390 pacientes con alta médica, pero con necesidad de algún tipo de cuidado, siguen ingresados en los hospitales de las islas, porque carecen de familia, porque sus parientes no pueden atenderlos o porque no hay plaza para ellos en centros sociosanitarios.