La Asociación Canaria de Neuropsiquiatría y Profesionales de Salud Mental ha expresado hoy su rechazo a la reforma de la Ley del Aborto, porque considera que "consagra la minoría de edad" de la mujer y condena a quienes quieran interrumpir su embarazo a un "laberinto administrativo".

En un comunicado, este colectivo profesional dice que el proyecto de reforma de la ley que plantea el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, provocará "un sufrimiento innecesario" a las mujeres y a sus familias y hará que, quienes puedan permitírselo, aborten en el extranjero en condiciones "civilizadas" y quienes no, se expongan a hacerlo en España en condiciones "lamentables".

La Asociación Canaria de Neuropsiquiatría defiende que "una mujer puede querer abortar por múltiples motivos que no tengan que ver ni con la enfermedad mental, ni con el riesgo psíquico, y que solo a ella conciernen", por lo que, desde su punto de vista, "no hay ninguna razón que pueda ligar la enfermedad mental al aborto".

"Es una decisión libre del ámbito de la vida sexual y reproductiva de la mujer", añade.

De hecho, advierte de que, con la reforma que propone el Gobierno central, las mujeres que quieran abortar por riesgo psíquico deberán ser "definidas como enfermas mentales persistentes en el tiempo", un estigma que puede volverse contra ellas en el futuro, "por ejemplo, en caso de conflicto posterior respecto a la custodia de los hijos".

Este colectivo recalca que, durante los años en la que estuvo vigente la ley anterior de supuestos despenalizados (de 1985 a 2010), el 96,77 % de las mujeres que interrumpían su embarazo lo hacían alegando riesgo psíquico, mientras que, con la ley de plazos (en vigor desde 2010), el 89,58 % lo hizo por decisión propia y solo un 7,3 % argumentó riesgos para su salud.

Esta asociación denuncia además que la reforma que impulsa el Gobierno otorga a los psiquiatras "un poder" que estos profesionales no quieren: "tutelar la voluntad" de una persona adulta, "por el simple hecho de ser mujer".

"Se produce así una instrumentalización de los psiquiatras para intentar revestir de una pátina científica la ideología de algunas personas", opina este colectivo.

Apunta, además, que los psiquiatras "no tienen nada que decir" sobre si una mujer quiere abortar o no, sino que su cometido es el de darle consuelo y apoyarla en su decisión, "sea cual sea", porque los profesionales de la salud mentan "ni son ni pueden ser vigilantes de la moral y, menos aún, de la moral dominante: la protección del patriarcado".

"Además, este anteproyecto de ley nos pone en el dilema ético de tener que objetar y abandonar a la mujer en un trance vital estresante o hacer algo que no se ajusta a los criterios éticos de la práctica de la psiquiatría: reconocer un problema mental que no existe para que una mujer pueda abortar", avisa.