Seguimiento de aves, limpieza de ríos, restauración de zonas degradadas, evaluación de los impactos del cambio climático o lucha contra el furtivismo son algunas de las actividades que desarrollan los miles de voluntarios ambientales en España para convertir su altruismo en una defensa de la naturaleza.

"El fin es involucrarse, que la gente forme parte de la propia historia, y así poder avanzar en la sensibilización". Así define el coordinador de educación ambiental y voluntariado de SEO/Birdlife, Federico García, las ventajas de enrolarse en los voluntariados que desarrollan en la mayoría de Comunidades.

En el caso de SEO/Birdlife, los voluntarios ayudan con el seguimiento de distintas aves, donde algunos participantes "tienen una cartilla desde hace 15 años" además de realizar otras iniciativas como la fabricación de "islotes flotantes a modo de nenúfares para que se posen las aves".

Con esta organización conservacionista, los voluntarios pueden además conocer las tendencias de las aves en distintas épocas del año, elaborar censos, gestionar reservas naturales con el mantenimiento de lagunas o la nidificación de aves acuáticas e incluso luchar contra el envenenamiento de los animales.

También WWF, otra ONG conservacionista con amplia trayectoria en los programas de áreas degradadas, incendiadas y con alto valor ecológico, ofrece voluntariado en ríos y en la Red de Parques Nacionales.

Uno de sus más emblemáticos es el implantado en Canarias con la "Campaña Chinijo", desarrollado en verano en la isla de La Graciosa de Lanzarote con el objetivo de frenar el furtivismo protegiendo los nidos de las pardelas.

"Este ave, a pesar de ser una especie protegida, se caza. Con los recortes, la vigilancia se ha visto afectada y gracias a los voluntarios se ha reducido el furtivismo", ha explicado a EFEverde la responsable de proyectos de voluntariado de WWF, Belén Fernández, quien afirma que la recogida de datos por parte de los voluntarios es "importantísima" para el seguimiento del estado de conservación de la zona.

También es "importante" la labor de concienciación con los turistas al informarles de que se encuentran en un "lugar privilegiado" y deben actuar en consecuencia con limpieza y autogestión de residuos.

Las aves, la flora, pero también los ríos. La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) tiene distintos programas de voluntariado enfocados a "apoyar el seguimiento de cambio climático en ríos de Parques Nacionales", según el responsable de proyectos de voluntariado de ACA, Luis Jiménez.

Desde 2002 hasta 2011 se desarrollaron en los Picos de Europa y actualmente son en Monte Perdido (Huesca), Aigüestortes y Estany de San Maurici (Lleida), y Valsain en la sierra de Guadarrama.

Las actividades principales consisten en hacer análisis fisicoquímicos para medir el ph del agua, la dureza, la temperatura ambiente y la del agua o el oxígeno disuelto en ella, lo que permite obtener un resultado a corto plazo de las afecciones.

Los voluntarios también trabajan con macroinvertebrados, que "indican la evolución de las aguas del río durante un periodo amplio de tiempo", según Jiménez, quien ha explicado que estos resultados se llevan a distintos organismos oficiales de investigación.

Los colaboradores hacen campañas de entre cinco y diez días y recorren todo el parque para no sólo tomar muestras de los ríos sino estudiar los ecosistemas que se desarrollan allí y aprender de los usos tradicionales que ayudan a conservar el entorno.

Desde 2008, los voluntarios también tienen la oportunidad de colaborar en la zona del Río Henares con la limpieza de las aguas, un apartado donde "hay sorpresas" pues, según Ruiz, se han encontrado desde "carros de la compra hasta colchones, bicicletas y electrodomésticos".