Las peticiones de protección internacional (asilo) se han duplicado en Canarias en el último año, al pasar de las 35 registradas en 2012 a las 73 que se presentaron en 2013, debido a los conflictos del Sahara y Mali, según datos de la Comisión Europea de Ayuda al Refugiado (CEAR).

El coordinador de esta organización en Canarias, Juan Carlos Lorenzo, achaca ese incremento a la radicalización de los conflictos en zonas cercanas a las islas y no descarta que las cifras sigan creciendo a lo largo de 2014, puesto que en el mes y siete días que han transcurrido del año ya se han presentado 15 solicitudes.

Lorenzo explica que la mayoría de las peticiones de protección recibidas en lo que va de año han sido cursadas por personas procedentes del Sahara Occidental, territorio situado a escasos 150 kilómetros de las costas canarias.

La cercanía al archipiélago y el mantenimiento de este enfrentamiento durante más de 35 años, son las causas que llevan a que algunos saharauis decidan subirse a una patera y pedir asilo a España en Canarias, explica el responsable del CEAR.

Otra nacionalidad que se sitúa en la parte alta de la tabla es la siria, ya que, pese a no ser lo habitual en Canarias, el pasado año llegó a las islas un grupo de más de diez personas vía Mauritania.

Aunque en menor medida que las anteriores, también hay solicitantes de protección internacional que provienen de Venezuela, Honduras y otros países iberoamericanos por episodios relacionados con la violencia y la vulneración de los derechos humanos.

El coordinador territorial de CEAR detalla que el único centro de acogida para este perfil de personas con el que cuenta Canarias se ubica en Vecindario, en Gran Canaria, y está al completo en la ocupación de sus plazas.

Esto significa que las personas que llegan a otras islas, como es el caso de los saharauis que arriban en patera a Lanzarote y Fuerteventura, tienen que ser trasladados a Gran Canaria, donde pueden ser susceptibles de acogida en el caso de producirse la admisión a trámite de sus solicitudes de protección internacional.

Según precisa Juan Carlos Lorenzo, de las 73 solicitudes que se presentaron el pasado año, 56 fueron admitidas a trámite y todavía sus expedientes no han sido resueltos, pues este proceso tarda entre seis meses y un año.

El resto fueron denegadas al entender el Ministerio del Interior que no habían motivos de peso para pedir asilo en España y sus demandantes fueron devueltos a sus países de origen o se quedaron en las islas en situación irregular.

Para poder obtener protección internacional en España, según la legislación vigente, es necesario alegar fundados temores de ser perseguido por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social, de género u orientación sexual y de opiniones políticas.