Un error al grabar el teléfono de un cliente en el móvil pudo ser la perdición de cuatro vendedores de droga a pequeña escala de Palma de Mallorca. La casualidad quiso que, al avisar a un comprador de que podían conseguirle lo que quisiera, el "whatsapp" lo recibiera el teléfono corporativo de la Unidad de Servicio de Paisano (USP) de la Policía Local de La Laguna.

Los agentes, al detectar el contenido, decidieron continuar el intercambio de mensajes hasta que acordaron la cantidad de droga que se vendería.

Supuestamente, los ahora acusados manifestaron que eran capaces de conseguir cualquier tipo de sustancia estupefaciente y llevarla a la zona de la Isla donde quisiera el comprador.

De forma rápida, los funcionarios policiales de La Laguna se pusieron en contacto con agentes de una Comisaría de la Policía Nacional de la isla balear, que realizaron las gestiones para tratar de atrapar a los implicados en la distribución de estupefacientes "a la carta".

Los agentes baleares aconsejaron a los policías locales tinerfeños que quedaran con los "camellos" en la trasera de una gasolinera de la capital mallorquina que suele ser un punto habitual de consumo y "trapicheo" de droga.

Y los miembros del grupo de paisano de la Policía Local lagunera así lo hicieron con un nuevo mensaje a sus "proveedores".

El Cuerpo Nacional de Policía estableció un dispositivo de agentes de paisano y uniforme, porque a esas alturas ya sabían quién era la joven desde cuyo móvil se avisó a los miembros de la USP.

Finalmente, a las 23:30 horas, en el punto de encuentro fijado, los agentes baleares arrestaron a dos hombres y otras tantas mujeres jóvenes, todos con numerosos antecedentes policiales por tráfico de drogas.

En el registro del vehículo en el que iban, los policías encontraron 110 gramos de marihuana, unos 11 de cristal, así como dos papelinas de cocaína.