Invirtieron años en formarse como profesionales cualificados y, cuando finalizaron sus estudios, se encontraron con un mercado laboral cerrado a cal y canto. Arquitectos, aparejadores e ingenieros -los titulados universitarios vinculados al sector más afectado por la crisis- han debido afrontar esta situación, en muchos casos, mirando al exterior.

Las cifras son inciertas, pero los dirigentes de los diferentes colegios profesionales reconocen que el fenómeno existe. El único que se atreve a aportar un dato concreto es el presidente del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Santa Cruz de Tenerife, Eduardo Pérez de Ascanio, que cifra en alrededor de 500 el número de miembros de este colectivo que han partido hacia otros países.

"Muchos se han ido a Perú y Santo Domingo", dice De Ascanio. La presencia en esos territorios de empresarios hoteleros procedentes de Canarias es un factor que explica esta situación.

Al margen de América Latina, el entorno próximo a las Islas -Senegal y Cabo Verde- también ha atraído a los arquitectos técnicos canarios, mientras que Alemania es el destino más habitual dentro del continente europeo.

Por su parte, el presidente del Colegio de Arquitectos de la provincia, Argeo Semán, admite que no dispone de datos -entre otras cosas porque algunos titulados renuncian a colegiarse ante las escasas expectativas de conseguir trabajo-, pero coincide en que "ese proceso de salida existe".

El éxodo de los arquitectos del Archipiélago tiene tres focos: Asia, el entorno de los Países Bajos y Gran Bretaña; también, en menor medida, Sudamérica. Los primeros en marcharse "tuvieron bastante éxito, aunque no todos. Eran menos y tenían más posibilidades", afirma Semán.

A medida que el fenómeno se ha generalizado y se ha extendido la sensación de que los arquitectos españoles -con altas tasas de paro en el país- se encuentran necesitados de encontrar empleo, la aventura exterior ha empezado a ofrecer peores resultados. "Saben que estamos muy mal y pagan menos", constata el presidente del Colegio. Aun así, muchos prefieren cobrar poco y ejercer su profesión antes que permanecer desempleados en Canarias o "de cajeros en una gran superficie".

El resumen es que, transcurridos ya más de seis años de crisis, "son minoría los que han tenido éxito". Al balance negativo también ha contribuido, argumenta Argeo Semán, que "mucha gente se ha ido sin preparar la salida".

Un reciente informe del Real Instituto Elcano apuntaba a que un 90% de los emigrantes españoles tiene un título universitario y, de ellos, un 30% alguna ingeniería. El gerente del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Santa Cruz de Tenerife, Alejandro González Calvo, percibe que las cifras no son tan altas en la provincia y calcula que en torno al 10% de los ingenieros puede haber puesto rumbo al extranjero.

Según González Calvo, el "apego a la tierra" de los más jóvenes y la amplitud del campo de actuación de los ingenieros son algunas de las causas que contribuyen a explicar que las salidas al exterior del colectivo sean menos importantes de lo previsto.