La posibilidad de anulación de la matrícula, que la Universidad de La Laguna (ULL) facilita desde el curso pasado, ha sido aprovechada este año por 437 alumnos de la institución. Se trata de estudiantes que se habían inscrito en el primer cuatrimestre y que luego optaron por darse de baja con la suficiente antelación como para que el impago de las tasas no se convierta en deuda.

La vicerrectora de Alumnado de la ULL, Miriam González Afonso, explica que dentro de este colectivo hay diferentes casos, pero aclara que los más numerosos corresponden a los estudiantes que han renunciado por su situación económica.

Los problemas por los que ya podían atravesar estos jóvenes se han visto agravados por el retraso en la resolución de las becas. Las del Ministerio "aún no se han empezado a ingresar" -y su cuantía, tras el cambio introducido en la convocatoria, es una incógnita-, mientras que las del Gobierno de Canarias "no se han resuelto y no se sabe cuándo estarán". "Hay que tener en cuenta que necesitan este dinero no solo para estudiar, sino para vivir", dice González Afonso.

Entre los 437 alumnos que han abandonado la Universidad este curso -ninguno de los cuales se ha matriculado en otra titulación- también se encuentran algunos que "empezaron sus carreras y luego se dieron cuenta de que no les gustaba". Son estudiantes que, al no conseguir plaza en las titulaciones que preferían, optaron por matricularse en otras.

Otros -los menos- habían pedido plaza en otras universidades y, cuando la obtuvieron, dejaron las carreras en las que se habían matriculado en la ULL.