El descenso de las temperaturas y la epidemia de gripe activan cada año una situación que, si no fuera por su gravedad, podría considerarse casi una tradición: la saturación, colapso o repunte de afluencia a los servicios de Urgencias de los hospitales. El problema genera incomodidades a los pacientes -que ocupan camillas en los pasillos hasta que quede una cama libre- y sobrecarga de trabajo y estrés a médicos, enfermeros y administrativos. ¿Puede considerarse un problema "puntual", como lo ha calificado la Administración, algo que se repite todos los años? ¿El funcionamiento ordinario del servicio es el adecuado? ¿Qué medidas se han adoptado y qué soluciones de futuro se vislumbran?

Para tratar de dar respuesta a estas y otras preguntas, EL DÍA reunió en sus instalaciones a seis representantes políticos, sindicales y profesionales vinculados al ámbito sanitario: el director del Área de Salud de Tenerife, Alberto Talavera; el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife, Rodrigo Martín; la portavoz del Sindicato de Enfermería Satse en el Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, Ramona Mendoza; su homóloga de Intersindical Canaria en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), Catalina Darias; la portavoz en materia de sanidad del grupo parlamentario popular, Mayte Pulido; y el senador socialista por Tenerife José Vicente González Bethencourt.

"Hay muchos problemas, pero pueden resumirse en tres: no hay un plan de urgencias, difícilmente podría haberlo si no funcionan las Urgencias de los hospitales comarcales del norte y el sur de Tenerife y el servicio siempre está sobrecargado", comienza el presidente del Colegio de Médicos. Si a esa sobrecarga habitual se suma una especial incidencia de algunas patologías, como la gripe, el resultado es "una locura".

Las soluciones pasan, opina Rodrigo Martín, por poner en marcha "adecuadamente" las Urgencias del Norte y el Sur -"que ya es hora", apostilla-, elaborar un plan de urgencias que incluya los centros de Atención Primaria y ampliar las de los hospitales de tercer nivel contratando personal. Si no es así, seguirán funcionado habitualmente "al 105%" y se desbordarán "cuando haya picos", advierte.

Por su parte, Ramona Mendoza lamenta la falta de planificación en materia sanitaria y demanda "que se cuente con los profesionales". "Se han añadido otros problemas, como el crecimiento de la población y la falta de servicios de Urgencias extrahospitalarios bien dotados y que los de los hospitales están obsoletos. La saturación de las Urgencias se produce siempre", afirma.

La portavoz del sindicato de enfermería Satse introduce otro factor: la "ausencia de una política sociosanitaria adecuada" que permita el desalojo de enfermos crónicos de las Urgencias. Para ofrecer una imagen de la situación actual refiere que, en el mismo día en que se celebró el debate, en las Urgencias de La Candelaria quedaban libres una silla de ruedas y tres camillas.

"Es un problema estructural, no ocasional", dice con rotundidad Catalina Darias, de Intersindical, que recuerda cómo se ha agravado en el HUC al asumir el pasado verano la población del Noroeste de la Isla -60.000 cartillas sanitarias- "sin ningún aumento de personal, sin la apertura del Hospital del Norte y partiendo de una situación ya saturada".

Darias tiene claro que "no ha habido voluntad política para resolver el problema" y que "solo se ha intentado parchear una vez que se ha producido, y eso en sanidad es imposible", apostilla.

También se muestra muy crítico el senador del PSOE, para quien "hablar de Urgencias es hacerlo del mayor déficit que ha tenido la sanidad pública en Canarias y del patito feo del sistema". Pese a ser "la puerta de entrada de la sanidad, CC y PP, que son quienes la han gestionado, nunca le han dado la importancia que tiene", se lamenta González Bethencourt.

Hacinamiento en los pasillos, pacientes que pasan dos o tres días en una camilla e instalaciones insuficientes son algunas de las características del servicio, a juicio del también cirujano, que define la situación como "una catástrofe" y busca explicaciones en factores como el descuido de la Atención Primaria -"si tuvieran más competencias y medios tal vez esos pacientes no llegarían a los hospitales", apunta- o la "escasa apuesta de los centros concertados por las Urgencias".

También para la diputada del PP Mayte Pulido el problema es estructural y "de planificación". De hecho, sostiene que "se puede solucionar fácilmente con voluntad política" y recalca que en algunos casos, como el del HUC, era "evidente" que iban a producirse. Un plan de urgencias es, a su entender, prioritario, de manera que los centros de Atención Primaria puedan contar con recursos suficientes para ser más resolutivos.

En cuanto a la alusión de González Bethencourt a las clínicas concertadas, Pulido aboga sobre todo por la "eficiencia" del sistema, pero admite que "no puede ser que a estos centros solo se deriven las operaciones". En cualquier caso, precisa, "es una cuestión de gestión: no puede ser la sanidad concertada la que decida lo que se lleva y lo que no", al igual que no es lógico, añade, que haya escasez de plazas sociosanitarias cuando el sector privado ha ofrecido poner a disposición del sistema sus 700 camas en el Archipiélago.

Llega el turno del representante de Sanidad, que anuncia que aportará "información concreta, no opiniones". En primer lugar, señala que la sanidad supone el 43% de los presupuestos de la Comunidad Autónoma. "No hay falta de voluntad política", concluye Alberto Talavera de este dato.

El director del Área de Salud de Tenerife añade que la sanidad canaria cuenta con 472 millones de euros menos que en 2009 como consecuencia de los recortes del Gobierno central, e ironiza sobre quienes atribuyen los problemas a la mala gestión y no a la falta de fondos.

"Cuando se está en el poder se dice que el problema es el dinero, y cuando se está en la oposición se dice que es la mala gestión", dice tras recordar que el Partido Popular denunció también en su momento el déficit de financiación. En cualquier caso, pide calma: "No nos echemos los trastos a la cabeza. Así no solucionaremos los problemas".

Los picos de demanda de Urgencias, explica Talavera, son "episodios temporales de carácter estacional", que coinciden con la epidemia de gripe. El frío de este invierno ha propiciado la "desestabilización clínica" de pacientes de edad avanzada que presentan y patologías de base. En los primeros 45 días de 2014, informa el director del Área de Salud, han necesitado ingreso hospitalario urgente 4.472 pacientes, de los que 714, un 25% más que en mismo periodo del año pasado, han sido derivados a centros privados.

"El problema de las Urgencias no es actual, sino que viene de muy antiguo", puntualiza Ramona Mendoza. Fue precisamente con Talavera con quien los sindicatos acordaron hace más de una década incrementar las contrataciones para hacer frente al aumento de la demanda.

A juicio de Catalina Darias, la situación sanitaria de las Islas responde a "una problemática global" de la que también forman parte las elevadas tasas de paro y de riesgo de pobreza y las epidemias de patologías "que brotan por las dificultades de acceder a la medicación. La representante de Intersindical concede que "puede haber problemas de dinero, pero también falta de voluntad política".

La solución pasa, para González Bethencourt, por las "unidades de gestión clínica" que propone el PSOE, dotadas de autonomía presupuestaria y que fomenten la implicación de los profesionales mediante incentivos no económicos. Sugiere, además, que los hospitales habiliten turnos de mañana y tarde de carácter ordinario.

La diputada del PP Mayte Pulido se muestra de acuerdo con la profesionalización del servicio, aunque recuerda que CC y PSOE rechazaron en Canarias una propuesta de su grupo que iba en este sentido, y también con el doble turno en los centros hospitalarios. "Es el momento", dice.

Alberto Talavera realiza otra defensa de las medidas aplicadas. Así, recuerda que 59 pacientes de perfil sociosanitario han dejado los hospitales para ingresar en centros sociosanitarios y de larga estancia y avanza que en algunos centros concertados se ha suspendido temporalmente la actividad quirúrgica que requiere de hospitalización, sustituyéndola por la cirugía mayor ambulatoria, para no ocupar más camas.