Son 57 personas las que trabajan cada día en el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canaria. La importancia de su labor, aunque "silenciosa", es fundamental para que Canarias no se vea afectada por las llamadas enfermedades olvidadas, como explicó su director, Basilio Valladares, en una entrevista a EL DÍA.

La financiación del centro de investigación, ya sea gracias a proyectos o por subvenciones privadas, evitan las consecuencias desastrosas que supondría el contagio de la población con una de estas enfermedades.

"Lo que ha ocurrido en lugares desarrollados como en Madeira o Francia con el Dengue, en el norte de Italia con el brote descomunal de Chikungunya o en Grecia con la Malaria, no ocurrirá en Canarias gracias a la labor que hace el Instituto de Enfermedades Tropicales". Con estas palabras explicó Valladares la importancia de que el Instituto no desaparezca.

La actividad de esta institución traspasa las fronteras de Canarias, Basilio Valladares resalta que también trabajan para prevenir e investigar las enfermedades que afectan al 75% de la población mundial y que se localizan precisamente en los lugares más desfavorecidos.

Estar presentes en países como Cabo Verde o Senegal y formar a la gente para trabajar en centros de este tipo es la forma más viable para frenar a estas enfermedades.

Actualmente se está llevando a cabo un proyecto para crear un instituto en San Luis, Senegal, en el que se estudian las enfermedades y patologías que afectan a la salud pública de esta ciudad, que es la zona más contaminada de todo el mundo de fitosomiasis.

Los alumnos del Máster en Investigación y Diagnóstico de Enfermedades Tropicales de la Universidad de La Laguna (ULL) realizarán a finales de abril en Senegal sus prácticas, con el fin de que conocer de primera mano cómo se trabaja en el control de enfermedades tropicales.

Llevarán a cabo una serie de trabajos de campo para que vean cómo se trabaja, cómo se intenta controlar una enfermedad grave sobre el terreno y comprobar así las dificultades que todo esto supone. "Cuando estás allí y la gente tiene la mentalidad que tiene, la teoría aprendida queda a un lado, no es tan fácil vaciar un río por ser el foco de infección cuando esa agua sustenta a una población", comentó Valladares. Sin embargo, recalcó que aunque sea difícil actuar hay que hacerlo.

Tal y como informó en agosto de 2013 este periódico, el Gobierno de España hizo recortes en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) que afectaban al presupuesto del Instituto de Enfermedades Tropicales. Ocho proyectos de investigación que dependían de este dinero quedaron en peligro por falta de investigadores, al no renovarse los propios proyectos ni las becas que los sustentaban.

La principal herramienta que tienen el centro investigador para sostener económicamente sus proyectos e investigaciones es la Fundación Canaria para el Control de las Enfermedades Tropicales (Funccet), promocionada por el Cabildo de Tenerife, y que pivota sobre el objetivo de conseguir fondos, así como la firma de convenios con empresas interesadas en los servicios del instituto.

"Es muy difícil conseguir dinero, y la fundación se ha creado para conseguirlo", aclaró Valladares.

De los 850 medicamentos aprobados entre 2000 y 2011, tan solo 37 (4%) estaban destinados a las enfermedades olvidadas. Valladares cree que las farmacéuticas están comenzando a darse cuenta de que esto tiene que cambiar. "Poco, pero lo están haciendo".

"Se han visto abocados a este cambio porque el mundo desarrollado y el mundo del dinero están viajando y abriendo mercados en el mundo en vías de desarrollo". Así argumentó Valladares que las farmacéuticas estén comenzando a investigar las enfermedades tropicales.

África es un continente que está por descubrir, pero tiene que resolver sus problemas en salud y educación. "En la salud tienen un gran problema por las enfermedades tropicales y las farmacéuticas se están dando cuenta", dijo. Brotes de ébola, como el que está azotando actualmente a Guinea, dificultan que países como China o Estados Unidos, interesados en el continente africano, lleguen a él. La mayoría de las enfermedades tropicales aún no tienen vacuna y la globalización está poniendo en peligro la salud de quienes están en contacto con estas enfermedades.