Impulsor de la proposición no de ley (PNL) aprobada esta semana por el Parlamento balear en la que se insta al Estado a cambiar la legislación para que, entre otras cuestiones, se impida realizar prospecciones en áreas turísticas, el diputado socialista Joan Boned i Roig manifiesta que no descartan plantear una consulta sobre el petróleo como en Canarias.

Supongo que será gratificante que el PP, con mayoría absoluta en el Parlamento, apoye al PSOE en una iniciativa de este tipo.

Desde que se destapó que teníamos el peligro tan cercano cualquier iniciativa que se ha presentado en el Parlamento balear sobre esta cuestión ha sido aprobada por unanimidad. Aunque siempre con algunas decepciones, como los puntos rechazados en una moción, consecuencia de una interpelación, presentada en febrero pasado.

El PP tiene un papel incómodo en este asunto, enfrentado al Gobierno central.

Para el PP, en principio y desde el punto de vista de la Comunidad Autónoma, resulta una posición cómoda. Es una decisión que tiene que tomar el Gobierno central y aquí uno puede manifestar su sentimiento contrario a los criterios que marca Madrid, pero como al final quien decidirá será Madrid... Lo que nos da miedo es que la espera se eternice y que pasen los meses y no conozcamos el informe de impacto ambiental del Ministerio de Medio Ambiente. Es decir, que pase el tiempo y estemos dejando de tomar decisiones que pudieran ser importantes.

¿Por ejemplo?

En la moción de la que hablaba, en uno de los puntos rechazados proponíamos que se denunciaran, formalmente y por escrito, irregularidades cometidas en torno a esos proyectos y, sobre todo, en torno a la evaluación ambiental, porque entendemos que la aceptación por parte del Gobierno central de que se haga un informe ambiental de cada una de las fases del proyecto es un subterfugio que le permite ir avanzando y acumulando derechos. Y si en algún momento se tuviera que pagar alguna indemnización por acabar con la tramitación, la cantidad a reclamar sería mayor que si la decisión se tomara ahora mismo. Y ya Europa ha advertido de que puede haber irregularidades en este aspecto.

Parece que hay cierto paralelismo con el caso canario, pues las instituciones de las Islas denuncian supuestas irregularidades en el informe de impacto presentado por Repsol.

Cuando se hizo la exposición pública del informe que presentó Cairn Energy se presentaron más de 40.000 alegaciones, entre ellas muchas de los consell insulares. Y ahora, por parte del Ministerio de Industria, se ha hecho una petición al Consell de Ibiza solicitándole que se ratifique o amplíe las alegaciones que presentó, puesto que las que presentó inicialmente fueron trasladadas a Cairn Energy y esta ha refutado cada una de ellas. Es decir, que el procedimiento que se está siguiendo es del todo irregular.

Un proceso extraño.

Extrañísimo. Ni siquiera los servicios jurídicos del Consell entendían qué proceso se estaba siguiendo. Aunque creemos que los argumentos desde el punto de vista medioambiental e, incluso, socioeconómico son de peso y muy claro, vemos que desde del Ministerio de Industria se está manipulando todo el trámite a fin de darle la vuelta a lo que debería ser la lógica. Por eso no nos fiamos.

¿Se han planteado hacer frente común con Canarias?

Sí. De hecho, en la PNL de esta semana se planteaba hacer un frente común Baleares-Canarias para intentar unir esfuerzos. Ese punto lo rechazó el Gobierno balear (PP).

¿Con qué argumento?

Con el argumento poco sólido de que entiende que son dos situaciones distintas, que son proyectos que nada tienen que ver, que la realidad territorial, a pesar de que sean todo islas, es distinta. Argumentos absurdos que no vienen a cuento y que, en realidad, buscan justificar que votas no ante un hecho tan sencillo. Aunque no me extrañó, porque ya habían rechazado crear una comisión en la que hubiera representación de todas las instituciones, organismos y de la movilización social para que, conjuntamente, fueran a Madrid a reclamarle a Mariano Rajoy que hiciera caso a lo que pide Baleares de forma unánime.

¿Cómo se interpreta desde Baleares el apoyo tan cerrado del PP canario a los sondeos?

La única explicación que le veo es que la polémica en Canarias se crea en una zona más concreta, la cercana a Lanzarote y Fuerteventura. Por la disposición del resto de las islas quizás exista menor concienciación de lo que pueda afectar al total de la Comunidad. Baleares; por el contrario, está rodeada, y no es hacer ficción, de proyectos en busca de hidrocarburos. Aquí el peligro lo vemos todos.

El rechazo del PP balear no es nuevo.

El PP destapó el asunto en 2011, cuando en Baleares y en España estaba en la oposición. Vio una fórmula viable de desacreditar al gobierno balear en ese momento. Y una vez que has iniciado públicamente la batalla en ese aspecto, ahora, por más que gobierne tu partido en Madrid y cuando ya se ha creado la suficiente alarma social, muy mal quedaría el PP si dice lo contrario.

Fue un gobierno socialista el que autorizó esos sondeos. ¿Los han culpado a ustedes de ello?

Sistemáticamente. Pero no deja de ser una manera un tanto sectaria de verlo. Porque, si bien es cierto, hemos entonado el mea culpa y lo hemos rechazado siempre. No hay que olvidar que José María Aznar, en 2002, dio siete licencias en un solo año para sondeos. Incluso se realizó una prospección. Y nadie dijo nada.

¿Se han planteado la convocatoria de una consulta como en Canarias?

En principio no la entendemos necesaria, pero en algún momento saldrá a debate. Está planteada. Lo que ocurre es que en Baleares no hay dudas. Todos sin excepción estamos contra ese proyecto. Aquí no será tan crucial como en Canarias, donde no hay unanimidad política y social.

Turismo y petróleo son compatibles en lugares como Noruega. ¿Por qué tanta oposición en España?

Es la realidad. Me hace gracia cuando se quiere comparar la repercusión de la industria turística en un país como Noruega con España y, más en concreto, con Baleares y Canarias. La base de la economía insular es única y exclusivamente el turismo. El resto está a años luz. La comparativa no es válida. No sirve.

Pero puede ser una fuente de riqueza más.

Son proyectos con caducidad. Las bolsas de petróleo y gas no son infinitas. Los preestudios que manejan las empresas prevén un escenario de entre diez y quince años, como mucho. Por eso, si hubiera hidrocarburos, ¿valdría la pena hundir de por vida el sustento económico de nuestras islas con algo que no va a reportar prácticamente nada a la Comunidad?

¿Hay intereses personales del ministro de Industria en que los proyectos salgan adelante?

Los que sí se conocen son los del ministro de Medio Ambiente (Miguel Arias Cañete). Y si tenemos a un ministro como José Manuel Soria que se decanta claramente por explotar los hidrocarburos y la esperanza la tenemos depositada en el informe que tenga que emitir Medio Ambiente, poco ánimo nos queda.