El índice de desarrollo humano -el indicador más aceptado para medir el éxito económico y el bienestar social de un territorio- ha caído en picado en Canarias durante los años de la crisis. No es que las Islas ostentaran antes una posición privilegiada entre las comunidades autónomas españolas -la decimosexta menos desarrollada en 2006-, pero ahora ocupan el último lugar del país.

Los datos están recogidos en "Papeles de economía española", la publicación de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), y forman parte de un estudio sobre el impacto que, en términos de pobreza y desarrollo, ha tenido la crisis sobre España y sus comunidades autónomas, elaborado por investigadores de la Universidad de Alicante, la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

El trabajo se centra en lo sucedido entre los años 2006 y 2011 y toma como referencia la salud (medida en la esperanza de vida), los logros educativos y el bienestar material de la población (medido en capacidad de gasto), además de la desigualdad. Canarias presenta un comportamiento similar al del resto de comunidades autónomas: ligeras mejorías en salud y educación y retroceso del gasto.

Eso sí, el descenso de este último aspecto es de una enorme proporción -un 17,1% menos que antes del inicio de la crisis-, lo que, unido a un incremento considerable de la desigualdad -un 5,4%-, ha hecho retroceder el índice de desarrollo del Archipiélago muy por encima de la media nacional.

La caída experimentada por el nivel de desarrollo en España "es, sin duda, una novedad", según los autores del estudio, que destacan cómo la disminución del índice de bienestar material "es de tal magnitud que no se compensa con la tendencia creciente del indicador de salud y el comportamiento contracíclico (también al alza) de la variable educativa".

Baleares y Canarias registran la evolución más desfavorable en este periodo, con retrocesos del desarrollo que superan el 5%, seguidas de Murcia y la Comunidad Valenciana. En cambio, siete regiones -Extremadura, Galicia, Andalucía, Asturias, La Rioja, Castilla-La Mancha- presentan mejoras con respecto a 2006.

El estudio incluye, asimismo, una mirada sobre la pobreza que no mide solo su incidencia, sino también su intensidad, apuntan los investigadores. Lo hace centrándose en el gasto de los hogares, un criterio cuya aplicación ofrece resultados sorprendentes en el conjunto de España. Así, los investigadores llegan a la conclusión de que la pobreza material en 2011 era inferior en un 17,1% a la de 2006, aunque desde 2008 ha experimentado una tendencia creciente (un 30,5% más).

Lo que sugieren estos datos, según los autores del análisis, es que "más que un empeoramiento de los que ya eran pobres antes de la crisis, lo que se está produciendo es un empobrecimiento importante de las clases medias, parte de las cuales se van deslizando hacia la pobreza". Con este desplazamiento de parte de la población hacia los sectores con menos capacidad de consumo, el gasto medio de estos sube ligeramente, lo que explica que el índice global de pobreza material se haya recortado desde 2006.

"La crisis está comprimiendo a la población en el espacio situado por debajo de la media, dado que la desigualdad ha seguido aumentando, lo que supone asistir a un proceso de polarización social cuyas consecuencias están todavía por determinar", advierten.

No obstante, en Canarias no se ha producido esta aparente contradicción: la pobreza se ha incrementado un 46% respecto a 2006. Es, tras Baleares, la comunidad donde más ha crecido. Desde 2008 lo ha hecho aún con mayor intensidad, un 90%. Así, las Islas "más que duplican" la media nacional de crecimiento de la pobreza.

El pronóstico de los autores del estudio es que "de esta crisis vamos a salir con una composición social diferente y un equilibrio regional distinto". En ambos casos, auguran, habrá más desigualdad.

Es el incremento que ha experimentado en Canarias el índice que mide la desigualdad entre los años 2006 y 2011, según el estudio de Funcas.