Dos hombres, padre e hijo, perdieron la vida ayer en el litoral de Buenavista del Norte como consecuencia de un golpe de mar que se produjo a media mañana en una zona accidentada de la playa Los Barqueros. Las víctimas, de 48 y 18 años de edad, se encontraban pescando en la zona cuando fueron arrastrados por una ola.

Inicialmente solo se pudo recuperar el cuerpo del joven, por lo que se hizo necesario ampliar la búsqueda durante varias horas para tratar de localizar al segundo de los dos varones accidentados. El joven fallecido fue identificado como Maikel Poleo, mientras que su progenitor es Pedro Poleo Méndez, según las fuentes consultadas. Su residencia está situada en la zona de El Pino, en el barrio icodense de La Vega.

Las víctimas cayeron al mar a las 10:42 horas aproximadamente y estaban en apuros, según las alertas que recibió la sala operativa del 1-1-2. Testigos del suceso consiguieron sacar del agua al joven. Personal sanitario del centro de salud de Los Silos, así como del Servicio de Urgencias Canario realizaron maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzadas, pero la víctima finalmente falleció.

Hasta el lugar acudieron diversos recursos, como un helicóptero medicalizado, una ambulancia básica y otra sanitarizada; agentes del Grupo Especial de Actividad Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, así como una patrulla de la Isla Baja; un helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES); dos embarcaciones y un helicóptero de Salvamento Marítimo; bomberos del Consorcio de Tenerife; así como policías locales de Buenavista y Los Silos, además de un médico y un enfermero del centro de salud de Los Silos.

El Grupo de Atención Psicosocial de la Cruz Roja Española se encargó de activar a varios profesionales para prestar apoyo psicológico a los familiares de las dos fallecidos, mientras proseguían las tareas de rastreo para localizar el varón de 48 años.

La tripulación de un helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) consiguió localizar horas después un cuerpo flotando en la zona y dio aviso al centro de control para fijar con exactitud la posición en la que tenían que actuar los otros recursos de emergencias activados por la sala operativa del 1-1-2. Submarinistas del GEAS de la Guardia Civil fueron los que finalmente pudieron llegar al punto en el que se encontraba el cadáver y lo trasladaron a tierra.