El centro ocupacional para personas con discapacidad intelectual El Sabinar, el único de estas características ubicado en El Hierro, no atendió ayer a sus usuarios después de que el Cabildo que preside Alpidio Armas decidiera dejar su gestión en manos de una empresa privada, denominada Clese S.A., según denunció ayer la asociación de familiares de los afectados, que expresó a EL DÍA su "dolor e indignación" con lo vivido y su "preocupación" por el futuro del recurso.

Este centro, ubicado en el municipio de Frontera, fue creado y ha sido gestionado desde 1993 por la propia Asociación de Familiares de Personas con Discapacidad El Sabinar, sin animo de lucro y con el único objetivo de ofrecer un centro de día a las personas con problemas intelectuales. Sin embargo, la relación de este colectivo con la institución insular no ha sido, ni mucho menos, la mejor, sobre todo durante los últimos años, e incluso en junio de 2013 el servicio se cerró por un período de unos dos meses después de que la asociación se quedara sin recursos y denunciara al Cabildo de El Hierro por "no asumir sus responsabilidades" de financiación.

La corporación insular decidió, al final, sacar a concurso el centro y se lo adjudicó a la empresa Clese S.A., que ayer tenía que comenzar con su trabajo, después de que la asociación de familiares entregara un día antes las llaves de la edificación al Cabildo, por exigencias del mismo.

La presidenta de la asociación de familiares, Dolores González, informó a esta redacción de que "los trabajadores estaban en sus coches y los usuarios al llegar tuvieron que quedarse en la calle, estuvieron dando una vuelta por el pueblo, allí los dejaron, porque la gente de la empresa no había llegado de Tenerife". Afirma que ni desde el Cabildo ni desde la adjudicataria del servicio "se han puesto en contacto con nosotros para explicarnos los proyectos que van a desarrollar, cómo se va a atender a nuestros hijos, cuál es su forma de trabajar... no nos han dicho absolutamente nada y, lógicamente, tenemos un dolor muy grande. Las familias estamos hundidas y nos sentimos impotentes".

Al ser cuestionada por lo que ocurrirá mañana, por el futuro del centro, Dolores González, madre de uno de los usuarios del servicio con un grado de discapacidad intelectual del 84%, expresó su desconcierto: "Es una incertidumbre tan grande. El centro no está ahora dotado y al no saber los planes de la empresa, tampoco podemos hablar de lo que ocurrirá. Y lo peor es que no tenemos a quién dirigirnos porque el Cabildo nunca ha sido capaz de asumir sus responsabilidades en el tema de la discapacidad".