"Todo vale la pena por ver la sonrisa de nuestros niños, pero lo cierto es que lo hemos muy pasado mal". Así se expresaba ayer uno de los veinte canarios, miembros de familias de acogida de niños saharauis, que tuvieron que pasar la noche del viernes al sábado en el aeropuerto de Tinduf al cancelarse "sin explicación" el vuelo que debía trasladarles desde esta localidad argelina a la capital del país norteafricano para luego enlazar con Madrid y las islas.

"La palabra que define nuestra situación la pasada noche es retenidos", explicaba Domingo García Barbuzano, uno de los afectados, a este periódico, que añadía: "No teníamos visado y no podíamos salir al exterior de la sala de espera del aeropuerto ni para tomar el aire".

La condición militar del aeródromo magrebí afectó a una expedición que había culminado con éxito la primera parte del viaje en "misión humanitaria" a los campamentos de refugiados de Tinduf para tramitar el traslado en régimen de acogida de niños saharauis a las islas. El trámite, solventado con apenas alguna incomodidad por la numerosa y constante presencia policial, se convirtió en una auténtica pesadilla.

El avión que debía salir para Argel a las tres de la mañana no apareció, por lo que permanecieron "tirados, abandonados y retenidos" en el aeropuerto "sin poder salir de allí, sin dinero ni comida y durmiendo en el suelo".

Según Barbuzano, la intervención de la embajada de España en Argelia fue decisiva para cambiar la opinión inicial de las autoridades del país norteafricano.

"Una persona que se identificó como jefe de Escala -indicó- nos dijo de muy malas maneras que no había nada que hacer y que se iba a acostar ante la pregunta de qué había pasado y qué iba a pasar".

"Como una concesión y ante nuestra estupefacción -añadió la fuente-, este señor nos dijo que a ver si podíamos salir de dos en dos los próximos días hasta estar todos de nuevo en casa... el viernes de la semana que viene".

En el siguiente capítulo de una madrugada muy intensa, Barbuzano, a quien se le ofreció volver a los campamentos, algo que declinó para solucionar el problema del retorno a las islas, explicó que "se hizo una gestión con la embajada a través de la Asociación Canaria de Amigos del Sáhara. Una portavoz nos dijo que hablaría con sus superiores y al poco tiempo apareció un señor muy amable que incluso nos ofreció su casa para quedarnos y pasar la noche".

Posteriormente, a raíz de esta gestión diplomática, le tocó el turno a quien se presentó como director del aeropuerto, y condenó la actitud del jefe de Escala de la línea aérea Algerie.

Al final retornó el mencionado jefe de Escala, "visiblemente asustado" y, apuntó Barbuzano, "luego, el ejército y la policía nos escoltó hasta un hotel de Tinduf para esperar allí hasta que la noche de hoy (por ayer) pudiéramos retornar a Madrid, vía Argel, y después a Canarias".

"El dinero de los pasajes de Madrid a Tenerife está perdido -añadió Barbuzano-, aunque el primer objetivo ahora es salir de Argelia".

El delegado del Frente Polisario en Canarias, Hadid Mansour, que acompañaba a las familias, presentó una denuncia ante la policía argelina la mañana de ayer.